Dionisio Villalba, según Miguel Rivera

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 Miguel Rivera, en la imagen después de que como entrenador del Granada 74 acudiera a  Pinos Puente tras el partido que el  Cádiz de Javi Gracia ganara por 1-2.Conoce bien a Dionisio Villalba, ya que lo tuvo en el Caravaca.cadiz_dvillallba.jpgEl malagueño empezó de titular pero haperdido protagonismo en las últimas fechas.cadiz_dvillalba_trofeo.jpg

El partido de esta jornada, ante el Caravaca-La Unión, será muy especial para Dioni Villalba. En el predecesor del actual equipo murciano debutó el malagueño en Segunda División B en la temporada 2009-2010. Llegó al equipo caravaqueño procedente de un equipo de Tercera de la Región de Murcia, “un equipo de mediación de la tabla, sin tener la repercusión que pudiera tener la categoría de Segunda B”. Quien habla es Miguel Rivera, entrenador que le dio la alternativa a Dioni Villalba aquella campaña.

Rivera, que la temporada anterior había dirigido al Granada 74, llegó al Caravaca el año en que la entidad debutaba en Segunda B. “No recuerdo bien por qué, pero se habían quedado sin entrenador y era un año muy importante para ellos, porque era el Año Santo, algo que era centenario… Era un proyecto bastante humilde, bastante limitado y buscaban una persona que fuese capaz de darle sentido a aquel proyecto”, resalta el técnico malagueño sobre las negociaciones.

Junto a las dificultades propias de un debutante en la categoría, Miguel Rivera se encontró con un “obstáculo” inesperado, la propia idiosincrasia de los habitantes de Caravaca de la Cruz. “Caravaca es un pueblo donde se vive con suma tradición y hasta con pasión lo que es el fervor por la Cruz, las fiestas allí giran todas en torno a la Cruz de Caravaca, con unas fiestas que traspasan las fronteras de Caravaca, Murcia y diría que hasta de España. El fútbol, gracias al Presidente, Manuel Sánchez, tuvo la oportunidad de llegar por primera vez en su historia a  Segunda División B, pero no había quizás esa cultura futbolística”.

Por ello mismo, realizó un gran esfuerzo para “convencer a todo el mundo de que era una categoría muy exigente y que entre todos debíamos darle un mínimo de profesionalidad para que el proyecto tuviese sentido y no fuese llegar a la categoría y perderla”. Y no la perdió. El equipo estuvo muy bien situado durante toda la primera vuelta, llegando a estar en los puestos de privilegio en el Grupo IV. A final de temporada, el Caravaca acabó en una cómoda undécima posición. Pese a haber cumplido el objetivo, a Miguel Rivera le queda cierto regusto amargo “lamentablemente para nosotros la parte final nos fuimos cayendo de nuestro sitio, pero nosotros estuvimos toda la primera vuelta muy arriba. Lo que faltó aquella temporada fue creer. Creer que ese equipo podía disfrutar más”.

Dioni Villalba, clave en el proyecto

“Tenía unas condiciones innatas y que cualquier técnico al que le llegase sabía que tenía que aprovechar y ayudarle a que fuera eso que, él, el día que termine de madurar, dará al fútbol, porque es un futbolista con unas condiciones naturales impresionantes”, recuerda Miguel Rivera sobre su antiguo pupilo en Caravaca. Dioni llegó al conjunto murciano con apenas veinte años, y el técnico tuvo que realizar un gran trabajo de mentalización con él. “Le convencí de que tenía una oportunidad dentro del fútbol y que tenía que darse la oportunidad de que se le viera en un escaparate de superior categoría”, recuerda Rivera sobre los inicios de Dioni en el equipo.

Dioni no defraudó, siendo junto a Mauri el máximo artillero del Caravaca (con once dianas) y cuajando partidos espectaculares. Como aquel en el que le hizo cuatro goles al Águilas, al que alude Miguel Rivera en la conversación mantenida con este medio. Sin embargo, no es ese el mejor encuentro que realizó Dioni para su antiguo entrenador. “Recuerdo también otro partido que jugamos en inferioridad numérica contra el Águilas, en el que hizo una jugada, saliendo al final, impresionante, que fue el gol de la victoria. Fue un partido en el que acabó formándose lo que es en la actualidad Dioni, ante un equipo de muchísimo calibre, y él tuvo una actuación muy destacada. Ese detalle, cómo buscó aquella pared, cómo  desequilibró, su forma de salir, su velocidad, desborde y al final, con el premio de la definición… Nos dio tres puntos muy importantes. Aquel día los ojeadores de otros equipos que vinieron se marcharon muy satisfechos”, concluye Rivera.

El técnico malagueño se deshace en elogios hacia su pupilo cuando se le pregunta por una virtud que tuviera en aquella etapa de su carrera. “Virtudes, muchísimas. La capacidad física de un futbolista con unas condiciones innatas envidiables, pero armonizadas con unas cualidades técnicas que solamente el futbolista de barrio tiene, con una capacidad de resolver situaciones de uno contra uno, en puntos del interior del área, el lateral, las líneas de desborde de la defensa contraria, para facilitar la definición. Y ese es su mejor argumento, la capacidad de definir. Tiene una pierna izquierda maravillosa, pero sabe utilizar las dos para definir”.

A pesar de ello, Miguel Rivera recuerda que hubo que corregirle, sobre todo, “el concepto colectivo, el concepto de equipo. Que no fuese tan individualista y que entendiera que un futbolista tiene que ser inteligente sobre todo cuando juega de delantero para tener esa interrelación con los demás compañeros”.

Un futbolista de mucho futuro

La fantástica campaña del Caravaca propició que Miguel Rivera acabara dirigiendo al Leganés, uno de los gallitos del Grupo I de Segunda B, del que fue cesado incomprensiblemente, cuando tenía al conjunto pepinero en segunda posición. Dioni Villalba también marchó del Caravaca, para poner rumbo al Fabril, filial del Deportivo de la Coruña.

Con esta etapa en la carrera de Dioni, finaliza la conversación con Miguel Rivera, preguntándole si le sorprendió ver debutar al futbolista la temporada pasada en Primera División en El Madrigal, como jugador del Deportivo de La Coruña. La respuesta, tajante: “No, no. En absoluto”.

“Todos estábamos convencidos de que llegaría a Primera División. Lo que espero es que él termine de dar ese golpe definitivo. El día que Dioni dé el pasito hacia la madurez definitiva como jugador, que es lo que le falta, será un futbolista de Primera División seguro”, resalta Rivera, que concluye indicando que “si no llega, será porque él no quiera y lo digo como así lo siento”.

Autor:D.Belmonte

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