Cadistasfinos.com les propone un juego

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 Pettengil. A este paso saldrá en las Chirigotas. Al tiempo.

¿Quieren jugar con nosotros? (ustedes lectores, no el Cerro) Lean el siguiente párrafo resaltado en negrita. Sustituya la palabra Colón por Cádiz. También mentalmente cambie santafesinos por cadistas. Cuando Colón y Cerro habían acordado la cifra en dólares por la cual los santafesinos compraban la mitad del pase del volante creativo, los paraguayos se despacharon con exigencias administrativas que eran imposibles de cumplir en ese lugar y en ese momento por Colón. Concretamente, estaban vinculadas con la forma de pago del dinero acordado, lo cual generó el quiebre final en las negociaciones. ¿Les suena, verdad?  Es la misma historia que nos han contado que le ha pasado al Cádiz. A Muñoz con su homónimo paraguayo del Cerro Porteño, Luis Alberto Pettengil. Parafraseando en este caso, y por excepción, «cualquier parecido con la realidad NO es mera coincidencia». El párrafo de nuestro juego es una transcripción del que podía leerse en los primeros días de agosto en El Litoral de Argentina. La historias es calcada a lo que le ha pasado al Cádiz. Vean si no. «Dieron tantas vueltas en las reuniones que tuvimos en dos días, que parecía como que nunca quisieron vender al jugador» . Esas eran las palabras que los emisarios del club de Santa Fé hacían a su llegada desde Asunción. Mareados y sin el jugador, pretendido por el Tata Martino, el Espárrago del Colón. El jugador finalmente, como bien sabrán, no fue vendido pero siguió el culebrón. En octubre finalmente fue aparatado del Cerro Porteño por negarse a aceptar oferta de tres millones de dólares para jugar en el Al Sadd Sport Club de Qatar, en oposición a la dirección del Cerro, muy interesada en el negocio. Después llegó el equipo ruso con una oferta que no convenció y el Cádiz ¿Les suena, verdad? En cadistasfinos.com, que nos hacíamos eco el pasado miércoles en la sección Yellows News en «El Presidente del Cerro lo ve cerca» ya se advertía al final del texto  «¿Realidad, o deseos de vender?. Pronto saldremos de dudas». Aún no hemos salido. El culebrón no ha terminado en Cádiz. En Santa Fé, sí.

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