Una victoria agridulce

cad_eci_04.jpg Victoria agridulce. Tres puntos que dejan al equipo cuarto momentáneamente.Foto: Alvaro T. – cadistasfinos.com 
 

El Cádiz mostró dos caras contra el Écija. Una, la de la primera mitad, ilusionante. La otra, la del segundo período, mala. Se decía que el equipo “tiraba” los primeros tiempos de los partidos. Que no jugaba bien, que no aprovechaba sus oportunidades. Que le costaba hacer gol en los primeros cuarenta y cinco minutos (un 12,5% de los goles hasta esta jornada) Que el equipo era de segundas partes. Contra el Écija se alteró la tendencia.

El Cádiz hizo, en un solo partido, más mismos goles que en las siete jornadas precedentes en el primer tiempo. Dos. Ya lleva tres. El inicio del equipo fue fulgurante. Inicio de un equipo herido, que quería limpiar la imagen tras una humillante derrota. El Cádiz fue un equipo letal, rápido, que puso cerco a la portería de Ramón desde casi el principio del partido.

Hizo dos goles en la primera parte y dispuso de otras dos ocasiones muy claras para superar al cancerbero astigitano. La imagen fue otra y la satisfacción al llegar el descanso, enorme. El equipo había respondido bien, parecía haberse rehecho tras la debacle de Lucena. Parecía que el Écija iba a pagar los platos rotos por lo sucedido hacía siete días en la localidad cordobesa.

El inicio del segundo tiempo (con esa buena ocasión de David Ferreiro) parecía presagiarlo. El Cádiz iba a continuar como en la primera parte, se iba a cebar con el Écija. Pero no fue así. Inexplicablemente, el Cádiz dejó de atacar y el Écija, con muy poco, empezó a llegar a la portería de Aulestia, en busca de un gol que le metiera nuevamente en el partido.

Un gol que nunca llegó, en parte por la seguridad que el cancerbero vasco exhibió en todos los balones que le lanzaron. Ciertamente, los jugadores de amarillo y azul jugaron con fuego. Si el Écija hubiera llegado a marcar, la situación hubiera sido bien distinta. El choque, vibrante en la primera parte, derivó en un auténtico aburrimiento en la segunda. En consecuencia, el equipo, en la segunda parte, echó por tierra parte del gran trabajo realizado en los primeros cuarenta y cinco minutos.

Se consiguieron los tres puntos, que era el objetivo básico y fundamental antes del partido. Independientemente del juego que realizara el equipo, esa era la premisa. Ganar. Con estos tres puntos, y a la espera de lo que ocurra en el Puertollano-Betis B de esta jornada, el Cádiz se mete en puestos de play-off por primera vez en esta temporada.

Sin embargo, al final del partido, hubo pitos desde la grada hacia los jugadores cadistas. Y es que el Cádiz, fantástico al principio, acabó dejando un sabor agridulce. Lo que bien hubiera valido antes del partido (ganar como fuera) no valió del todo. Parte de la culpa la tuvo la gran primera parte realizada por el equipo. O, tal vez, la tuvo la segunda mitad.

Autor:Belmonte

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