Ruiz Bada no tuvo la culpa

cadiz_jg_2.jpgDecía Jose González en la rueda de prensa posterior al desastre de Anduva que “este árbitro no podía pitar hoy”, en alusión a la labor del cántabro Ruiz Bada. Fue un arbitraje nefasto, mal llevado y mal organizado. Malo de solemnidad. El colegiado, con sus errores, bien pudo perjudicar al Cádiz ante el Mirandés. Aunque, siendo sincero, también perjudicó al combinado local. El primer error de bulto de Ruiz Bada llegó en la primera mitad, cuando no señaló penalti favorable al Mirandés. Tras un buen pase desde el mediocampo a la banda izquierda, el balón, que iba algo pasado, botó en el encharcado terreno de juego y se quedó parado. Esto benefició a Pablo Infante, que recogió el balón y se marchó como una exhalación hacia el área cadista, perseguido por Cifuentes. Dentro del área, el burgalés fue derribado por el lateral amarillo. Penalti claro. Pero no para Ruiz Bada: amonestó a Infante por considerar que había simulado la acción. Poco después, llegó el mayor error contra el Cádiz, que, de no haberse producido, hubiera cambiado la historia del partido. Juanse Pegalajar remató limpiamente de cabeza un gran centro de López Silva y batía a Wilfred. El colegiado, a pesar de que el linier daba el tanto por válido, lo anuló. Del 0-1 se pasó al 0-0. También, en el nefasto arbitraje de Ruiz Bada destacan varias decisiones erróneas, que causaron confusión en el juego, como cuando, en pleno saque de una falta, se marchó a recriminarle algo al técnico cadista. O más de una corrección errónea a sus asistentes. El arbitraje quizás no estuvo a la altura de lo requerido. El Cádiz tampoco. Considero un error por parte de Jose González cargar contra el colegiado. Los amarillos en ningún momento salieron a competir. Sólo a especular con el tiempo y la renta obtenida en el Ramón de Carranza siete días antes. Y eso, no es error del árbitro. Puede equivocarse el árbitro, pero los cuatro goles del Mirandés no llegaron por error del colegiado. Puede equivocarse a la hora de anular el gol de Juanse, pero si el Cádiz hubiera mostrado algo más de intención ofensiva, igual ahora no hay que lamentar ese error. Al Cádiz, como apuntaban sus jugadores al término del encuentro, lo han eliminado sus propios errores. El no salir a jugar, sino a encerrarse atrás y esperar. El llegar dos veces al área rival, cuando, de haberlo intentado algo más, bien podría haberse sacudido el dominio del Mirandés. El marcarse un gol en propia puerta nada más marcar su gol. El no saber aguantar, como otras veces esta temporada, un resultado favorable en los últimos momentos. Eso condenó al Cádiz. Y que yo sepa, nada de ello depende del colegiado. No es serio, viendo el partido que realizó el Cádiz, echarle la culpa de la zozobra al árbitro. Se puede preguntar, ¿qué hubiera pasado si Ruiz Bada hubiera dado por válido el gol legal de Juanse? ¿Hubiera cambiado en algo el partido, o la eliminatoria? Pero, también, se puede preguntar, ¿qué hubiera pasado si, antes del gol legal anulado a Juanse, el colegiado hubiera pitado el penalti sobre Pablo Infante? ¿Hubiera cambiado en algo la película del partido?Jose González debería hacer autocrítica, analizar el partido, sacar conclusiones y aprender de los errores. Que para eso se cometen: para mejorar y aprender de ellos. Aprender, para que el año que viene, se sepan gestionar mejor este tipo de situaciones y haya más garantías de ascenso.

Autor:Belmonte

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