El Cádiz recuperó sensaciones defensivas en el Carlos Belmonte


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 Aulestia capitaneó el cerrojo del Cádiz en Albacete

El 8-1 del global de la eliminatoria con el Real Madrid Castilla se cobró una víctima en el once titular de Jose González en el Carlos Belmonte. Pedro Baquero, capitán del equipo y responsable directo del primero de los cinco tantos del filial madridista en la vuelta de la eliminatoria, se quedó en el banquillo. Parecía claro que uno de los dos centrales titulares en aquellos dos fatídicos partidos (o Baquero o Murillo) le cedería su puesto en el once titular a Alexander Goikoetxea.A pesar de que, en las horas previas al choque se llegara a especular con la presencia de los tres centrales entre los once elegidos por Jose González (situación que daría como gran damnificado a Samuel Camille, pues Baquero jugaría en su lugar en el lateral zurdo) no hubo experimentos. Baquero le cedió su puesto en el once a Goikoetxea y su brazalete de capitán a Óscar Pérez.Lo cierto es que en un Cádiz ramplón, muy defensivo, Goikoetxea ralló a un gran nivel. El vasco cuajó una actuación más que notable, siendo de largo el mejor de los cuatro de atrás. Salió muy concentrado, con la intención de no complicarse la vida y de que su equipo dejara la puerta a cero. Y lo consiguió. Contundente en el corte, limpio, rápido Se peleó con limpieza con Calle y tuvo un par de anticipaciones providenciales cuando Adrá Granell amenazaba con irse solo por la izquierda.La consigna del Cádiz en el Carlos Belmonte parecía clara, más tras las palabras de Jose González en la rueda de prensa posterior al partido: había que recuperar las sensaciones a nivel defensivo. Por ello, el equipo se olvidó de atacar y se centró en mantener su puerta a cero. Aulestia volvió a ser el de siempre, seguro, con un par de manos providenciales. La defensa, sobre todo en las figuras de De Coz y Goikoetxea, segura, contundente, limpia. Después de haber recibido ocho goles en los últimos ciento ochenta minutos (diez goles en los cuatro anteriores partidos) estaba claro que el equipo debía mantenerse a cero para recuperar sensaciones. Lo que no está tan claro es hasta qué punto era beneficioso renunciar al ataque para ganar en seguridad defensiva. El 0-0 final no es mal resultado para el Cádiz, que está obligado a ganar, sin más, en Carranza, si quiere seguir aspirando al ascenso. Pero es mucho mejor resultado para el Albacete: cualquier empate con goles en el coliseo cadista haría que los manchegos fueran equipo de la tercera ronda del play-off de ascenso. Queda esperar que la seguridad defensiva lograda en estos noventa minutos en el Carlos Belmonte se mantenga en Carranza. Y que ante su afición, el Cádiz recupere en sensaciones ofensivas, para superar al Albacete. twitter-facebook.png

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