Tarde maldita para los artistas

En Cádiz-Jaén vimos cosas muy raras, como que un futbolista, David García, jugó con mangas cortas y guantes.

Al Dicen que el amarillo traemos un clásico, el artículo de José Joaquín León, Director del Grupo Joly, que aparece publicado cada lunes en la edición impresa de Diario de Cádiz después de cada partido de Carranza. La foto son de Pedro Ortega, de www.cadistastinos.comESTE partido fue de los que se recordarán a final de temporada. Y, desde luego, no será por los buenos recuerdos. Y no será sólo porque el Cádiz se quedó sin marcar en Carranza por vez primera en esta temporada. Como si hubiera un complot contra los hinchas amarillos, por causas no aclaradas, todo se puso en contra. Primero hicieron pagar medio día del club, pese a saberse que Acuña será traspasado al Real Madrid Castilla y que Bezares se irá por otro camino, como lo demuestra que no fue convocado. No contentos con eso, fue una tarde maldita para los artistas del color amarillo, que estuvieron deambulando, a verlas venir, sin tener en cuenta que la afición había pagado como si fuera un partido en serio. Y, por si fuera poco -aunque de esto no tiene la culpa nadie del Cádiz- hizo un frío horrible y hasta cayó un chaparrón. Conclusión: acertaron los que se quedaron en su casa.Después de este partido que nos tragamos, se debería declarar otro partido como medio día del espectador, de modo que el club les devuelva su dinero, si no quedan satisfechos, y los jugadores tengan un poco más de consideración, sin creer que van a ganar los partidos de chamba en los últimos minutos, como ha ocurrido con algunos.En Cádiz-Jaén vimos cosas muy raras, como que un futbolista, David García, jugó con mangas cortas y guantes. O que encendieron la luz artificial a las 17.15 de la tarde. O que un grupo de Jaén, con poco más de 100 hinchas y un bombo, animaron y se oyeron más toda la tarde que la mejor afición de España. Así que fíjense como estaba la mejor afición de España, después del medio día del club, y el despropósito que tenía ante sus ojos. El Cádiz chutó tres veces a puerta, de ellas una sola con peligro real: un cabezazo de Toedtli que sacó un defensa, en el minuto 5.Este Cádiz está clarísimo que se ha acomodado a la Segunda B. Y en Carranza, los que tenemos buena memoria, sabemos lo que significa adaptarse la Segunda B: aburrirse un domingo sí y otro también. A este problema se añaden dos más, de importancia. Por un lado, que Carlos está en baja forma y se le nota mucho, tanto que el equipo ha perdido la frescura y calidad que él aportaba. Y, por otro lado, que como el Cádiz siempre juega igual, todos los entrenadores saben ya de qué pies cojea, y donde hay que buscar las cosquillas. Javier Gracia es un buen entrenador, pero opera siempre con el mismo esquema. Sólo cambia cuando la situación tiene difícil arreglo. Por ejemplo, juega con dos delanteros sólo cuando el partido está cuesta arriba y faltan menos de 10 minutos. Ayer puso a Manu Barreiro junto a Toedtli en los minutos finales, y sólo entonces achuchó el Cádiz. Juegan centrocampistas de parecidas características, que se estorban entre ellos y no concretan nada. Para colmo, ya no se desborda apenas por las bandas, porque Juanma no entra nunca y Enrique ha sufrido un bajón. López Silva lo intentó, pero casi siempre fallaba el último regate.El empate es un buen resultado. El Cádiz aumenta la ventaja a 10 puntos, al fallar Poli Ejido y Melilla. Jugando mal, no se perdió ante otro candidato, como el Jaén, que tampoco estuvo fino. Pero la tarde fue maldita para los artistas y aburrida para los aficionados.