Problemas y problemones
Willy Doña, de la Redacción de Deportes de Diario de Cádiz es la firma que en esta ocasión salta a nuestra sección «Dicen que el amarillo». Doña da su opinión sobre los problemas, su génesis y situación actual del Cádiz. Esta es la transcripción completa que puede leerse en la edición impresa del Diario de Cádiz del jueves 26 de octubre de 2006. .-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-
Problemas y problemones Los entrenadores se quejan de que su futuro dependa exclusivamente de los resultados. Y tienen razón. Antonio Muñoz recuerda que aún quedan 99 puntos en juego y que son muchos. Y tiene mucha razón. La afición cadista está harta del papelito que está protagonizando su equipo, mediocre en la clasificación y peor que mediocre en calidad de juego. Y tiene muchísima razón.Los mandamases del Cádiz han optado por seguir tirando .¿hacia delante? con Oli. El tiempo dará y quitará razones, pero no cabe ya ninguna duda de que los consejeros han venido actuando repetidamente a contracorriente en los últimos meses. La arriesgadísima apuesta de entregar las riendas del primer equipo a alguien virgen en los banquillos y la negativa a traspasar por tres millones y medio de euros a un futbolista que no es un superclase son claros precedentes de decisiones contestadas por un amplísimo sector de la hinchada, intuyo que mayoritario. Como ocurre con la continuidad del asturiano. Para eso son los dueños y poseen la facultad de exponerse a broncas si las cosas vuelven a salir torcidas.Miro la clasificación y me doy cuenta de lo mismo que el presidente, de que estamos a sólo cinco puntos de la tercera plaza de ascenso, objetivo único e irrenunciable. Pero recapacito y pienso que el principal problema que tenemos entre manos no es el numérico. El auténtico problemón radica en la manifiesta inferioridad mostrada frente a varios adversarios, que han llegado a bailar durante muchos minutos al peor Cádiz del siglo XXI. Para mayor escarnio, con la tele llevando esos desastres a todos los rincones de España. Desde Palafrugell hasta Mondoñedo saben, por ejemplo, que los futbolistas amarillos defienden en las acciones a balón parado como si fuesen monjas ursulinas. Y eso indigna una barbaridad a una afición fiel como casi ninguna.
