¿Olvidar?

Prof. Hernández Guerrero

El Profesor José Antonio Hernández Guerrero, con su habitual estilo, repasa lo hecho por el Cádiz en último fin de semana. Reproducimos su artículo que puede leerse en la edición impresa de La Voz de Cádiz..-.-.-.-.-.-.-.–.-.-.-.–.-.-.-.-.-.-.-.-¿Olvidar? noCreo que constituiría un grave error que el entrenador y, sobre todo, los jugadores -siguiendo las recomendaciones de algunos bienintencionados críticos- olvidaran los dos últimos partidos en el Estadio Carranza, en los que el equipo cadista ha encajado siete goles. Me permito recomendarles que, en los ratos libres, visionen una y otra vez las respectivas grabaciones con el fin de que fijen en la memoria, sobre todo, la causa de los errores que ellos cometieron y las claves de los aciertos que protagonizaron los equipos adversarios.  No se trata de regodearse masoquistamente con los fallos sino de identificar sus orígenes y, en especial, de buscar la manera eficaz de corregirlos. Es posible que, por ejemplo, adviertan ciertos defectos en la reiterada manera de colocar las barreras ante la portería, pero, quizás, todos podrían aprender mucho más si, ayudados por la acreditada sapiencia de los técnicos, se fijan detenidamente en el soberbio y atinado testarazo del serbio Milosevic, en las diferentes y magistrales formas con las que Lobos y David López ejecutaron las faltas y en el modo contundente con el que Raúl García disparaba aquel espectacular obús. Con la mejor intención de evitar que se desanime en exceso, le diría a Armando que recordara los comentarios que él mismo hacía la temporada pasada cuando los críticos y los aficionados, en reiteradas ocasiones, lo subieron a los altares y lo canonizaron como santo y salvador del equipo amarillo. Si entonces él decía con razón que era todo la plantilla la que hacía los milagros, también ahora ha de reconocer que son todos los jugadores los que encajan los goles. Todos sabemos que, en los deportes colectivos, las claves de los triunfos y de las derrotas residen en el funcionamiento correcto de todo el equipo. Por muy obvio que nos parezca, hemos de insistir en estos momentos en que el resultado final de un encuentro es la suma y la resta de los aciertos de todos los deportistas que intervienen en el partido.