Nano, de Málaga, y ex del Efesé

cartagena_nano.gifMariano González Maroto «Nano»

run_run.jpgA día de hoy el Cádiz no tiene ningún centrocampista zurdo. De ningún perfil, ni ofensivo ni defensivo.

 

Lo normal es que deban de llegar dos hombres para esa posición. O al menos uno si se plantea seguir usando a López Silva en la izquierda.

 

Han sonado Armenteros (Sevilla Atlético) y Dani Benitez (Real Mallorca). También Sutil (SD Eibar). El último en aparecer lo da Diario de Cádiz. Se trata de uno de esos futbolistas interesantes, todavía en edad de explotar en categoría LFP, y que además está libre como el viento.

 

Es Nano. No se asusten. Es Maroto que no Macedo. Mariano que no Fernando.  No le toca nada al coruñés, fichaje estrella de Muñoz, Benito y Oli en los albores de la 2006-07.

 

Físicamente eso sí se le parece. También en su posición sobre el campo. Con 1,82 y 73 kilos nació en Málaga en 1984 (cumplirá 25 años en octubre).

 

Se inició en el Fuengirola. Allí coincidió con el ahora cotizado Apoño, con el que llegó al Marbella. A principios de 2006, el Nástic de Tarragona pagó diez millones de las antiguas pesetas que tenía como cláusula de rescisión.

 

Sus buenas maneras le hicieron convencer al filial del FC Barcelona para incorporarlo. No tuvo muchas oportunidades y en el mercado de invierno fichó por el Córdoba de Escalante, con el que ascendió a 2ª A. Por delante suya estaba Arteaga, aunque participó bastante. Volvió otra vez a Tarragona para terminar fichando (otra vez en enero) por la UE Lleida, que militaba en el grupo III de la Segunda División B.

Especialista a balón parado. Es un extremo a la vieja usanza, de los que llegan hasta la línea de fondo y centran. Como anécdota, que su número preferido, el 21, que además lleva tatuado en su cuerpo.

 

Su último equipo ha sido el FC Cartagena. Hombre importante en esta campaña tanto con Fabri como con Paco Jémez, como había firmado por un año quedó libre en junio. Le llegó una importante oferta de Rumania, aunque esta parece que al final no le ha terminado de convencer. Ahora está libre y Peguero lo sabe.

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