Entrevista a Michael Robinson (II)


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Segunda parte entrevista a «Robin».

Hace unos días traíamos a nuestra sección «Dicen que el amarillo» al cadistafino 2006 Michael Robinson. Se trataba de una  interesante y extensa entrevista que los compañeros del blog http://www.diariosdefutbol.com le realizaban. La primera parte tiene su continuación con esta segunda entrega que, de nuevo por gentileza de los compañeros que realizan este ameno blog, ofrecemos integramente a nuestros lectores. .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-      .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- Michael Robinson: “La muerte de ‘El Día Después’ me dolió casi tanto como mi retirada del fútbol”

Dadan Narval · 14 Marzo 2007

La semana pasada compartíamos con vosotros la primera parte de la charla que mantuvimos con Michael Robinson, en la que hablamos de ese respeto por el fútbol tan típicamente británico. En esta segunda parte, Robin nos habla de su faceta de comunicador en Canal+, la Ser o su recién estrenado blog (en el que, por cierto, nunca posteará solo). También nos cuenta cosas sobre su fallido paso por ‘Maracaná’, y hasta del PC Fútbol.

Háblanos de tu trabajo en ‘El Día Después’.

Tenía de emisión real alrededor de 60 minutos, pero de plató sólo eran siete, aproximadamente. Porque, ¿para qué quiere la gente ver a Joaquín, Robin, Raúl y Maldini cuando podemos poner imágenes? Lo que en realidad hacíamos eran transiciones, como treinta y cuatro piezas, para que el programa no fuera del estilo de la radio, de dar sólo entrada a las imágenes. Pero lo importante eran las imágenes. Contábamos con unos cámaras brillantes.

En cuanto a mí, yo creo que sirvo para la pantalla. No para la radio, con este acento inglés tan cargado. En la radio me siento un poco incómodo, porque noto que tengo muy poco que ofrecer. La televisión es distinto, intervienen un montón de expresiones faciales y corporales. Por eso creo que es mi medio. Quizás eso es lo que pudo pasar con ‘Maracaná’. Me dolió muchísimo la muerte de ‘El Día Después’, casi tanto como mi retirada del fútbol. Porque yo sabía que me iba a retirar tarde o temprano, era una muerte anunciada. Pero lo de ‘El Día Después’ fue distinto. Me dolió muchísimo.

¿Por qué parece que no hay lugar hoy en la televisión en abierto para un programa del estilo de los que Digital + emite en cerrado? Un programa en el que se hable de fútbol con calidad, con gente formada, que sabe comunicar y que muestra pasión por el fútbol. A nosotros nos parece que en ocasiones se trata al espectador de los programas de fútbol como si fuese idiota.

‘El Día Después’, partiendo de cero audiencia, porque veníamos de codificado, fue el programa de fútbol más visto durante 15 o 16 años. Entonces, hay un público para ese tipo de programas. Lo hay. Ahora, creo que es un tema que tiene que ver con el respeto por el público. Igual que hablábamos de los árbitros, al público hay que respetarlo. La premisa número uno para un programa de televisión ha de ser plantearse si realmente tiene algo que contar al público. No se trata de ocupar un espacio por ocuparlo. Hay que contar algo. Cuando se tiene algo que contar, hay que plantearse si se quiere contar, porque esto es algo vocacional. Si la respuesta también es positiva, hay que plantearse cómo contarlo. Porque nosotros, y esto siempre se lo digo a quien trabaja conmigo, invadimos los hogares. Yo esto lo he hecho con gente que ha trabajado conmigo. Los he sacado de la oficina y les he llevado a la calle. He señalado las ventanas de los edificios y les he dicho: “Nosotros entramos ahí, vamos a hablar a la abuela, al nieto y a todos los demás. Vamos a entrar en sus casas. Igual que cuando entras en una casa y no conoces a la gente que hay en ella les tratas con educación, exactamente igual hay que hacerlo en televisión. Porque tienes que ser consciente de que tu trabajo va a ser juzgado por esas personas. Es imposible que todos estén de acuerdo con lo que digas, no vas a complacer a todos. Pero lo que sí está en tus manos es tratarlos con la mayor educación posible, porque vas a compartir un rato con esa gente en su salón de estar, en su intimidad. No se debe molestar a nadie en su salón de estar si no tienes nada que contarle.

¿Cómo nace la idea de hacer tu blog?

Un día Elías Israel me dijo que tenía que hacer un blog. Yo no sabía de qué me hablaba. Pensaba que era un baile o algo así… (ríe). Después se lo comenté a Antonio, mi socio, y él se mostró a favor. Cuando montamos Robinson Productions, miré otros blogs y la idea me gustó. Para mí es algo terapéutico. Yo me tomo el café todas las mañanas en una gasolinera y mantengo magníficas tertulias con varias personas allí. El blog es algo parecido. Tiene mucha inmediatez y establece comunicación. Esto me gusta mucho del blog. Es algo íntimo. Es como si hablaras directamente con las personas. Cuando escribo en el blog es como si estuviera susurrando, como si le dijera a alguien: “Ven, que quiero contarte algo”.

El blog no nace con vocación empresarial, sino por un puro deseo de comunicar con el que, además, me entretengo muchísimo, de verdad. Esto no quiere decir que si en un momento dado, un patrocinador quiere ligarse al blog, lo vayamos a rechazar por principio. Pero el blog no nace por una cuestión de mercado. Nunca haremos algo en él por cuestión de dinero, porque un patrocinador nos lo pida. En resumen, hago lo que me gusta. Ojalá los patrocinadores estén interesados, pero no vamos a ir puerta por puerta buscándolos.

¿Y lo del video-blog? Es algo novedoso en España.

Lo que queremos hacer, y creo que vamos a hacer, es crear una especie de ‘Lo que el ojo no ve’ construido a partir de imágenes del público, que nos las manden, con sus observaciones, etc. Ahora estamos estudiando la parte legal de todo esto. Sería como ‘Lo que el ojo sí ve’.

¿Cuál es tu idea de la prensa deportiva actual en España? ¿No crees que la información deportiva de calidad se encuentra en los periódicos generalistas?

Depende del ánimo con el que alguien la lea. A mí me entretiene la prensa deportiva y entiendo sus filiaciones hacia un equipo determinado. No la leo pensando en que voy a recibir información objetiva ni me enfado al leerla, porque la considero un mero entretenimiento. Por otro lado, disfruto mucho leyendo a Santiago Segurola. Suelo estar más de acuerdo con las secciones de deportes de los periódicos generalistas. La prensa deportiva es una caricatura basada en hechos reales. Me gusta, de verdad.

¿Pero no es un problema que toda la prensa deportiva esté en ese perfil de “mero entretenimiento”? ¿No debería haber un hueco en la prensa deportiva para la información y la opinión de calidad?

Sí, claro… Mira, yo creo que el periodismo es algo vocacional, como la medicina, por ejemplo. Pero por el camino creo que eso se va desvirtuando, porque la premisa es vender periódicos. Para la prensa generalista no hay nada como una guerra para vender periódicos. Para la prensa deportiva, sin embargo, es todo lo contrario. Si el Madrid pierde un domingo, por ejemplo, el ‘As’ vende menos el lunes si sigue con el desastre. Así, ponen en portada a Cristiano Ronaldo. Entonces, el madridista tiene una buena excusa para cuando vaya al trabajo: “Sí, hemos perdido, pero mira a quién vamos a fichar el año que viene, al mejor del mundo”. Si siguieran con el desastre del domingo, probablemente el madridista no compraría el lunes el periódico, porque lo que quiere son buenas noticias. Es una cuestión económica, de venta de periódicos. Ahí la vocación no tiene lugar.

No obstante, hay partes y partes del periódico. Hay secciones entre las que hay que saber diferenciar. Hay profesionales-hinchas, profesionales-caricaturistas, etc. que conviven en un periódico. Pero pasa en todos los medios, no solo los deportivos. Por ejemplo, la clase política en España se está ‘futbolizando’, parece que quieren mover a las masas como si se tratase de un partido de fútbol.

Por otro lado, yo a veces tengo la sensación de que algunos medios trabajan para que se enteren otros, como si hubiera una guerra entre ellos. Cuando yo estaba con De la Morena, por ejemplo, tenía a veces la sensación de que hacíamos radio para que se enterara la Cope. A mí me gusta particularmente el Grupo Prisa. En 15 años en ‘El Día Después’ nadie me ha dicho lo que tengo que decir. Jamás. Nunca he recibido presiones ni orden en ese sentido. Por ello estoy muy agradecido.

¿Cómo hace Prisa tanto en ‘El País’ como en la televisión para encontrar a esa gente joven tan valiosa?

No lo sé, la verdad. Yo te puedo hablar de lo que he visto. Por ejemplo, Carlos Martínez, que es jefe de Deportes de Canal +, es un hombre tremendamente culto y educado. A partir de aquí se puede entender el tipo de gente que trabaja con él, la gente que busca. El mejor elogio que he recibido en ese sentido procedió de un periodista de un medio rival, que un día me dijo, a título particular, que no se notaba que éramos del Grupo Prisa.

Pero eso sí se nota en ‘El Larguero’, ¿eh?

Bueno, no sé… En ‘El Día Después’ nos llamábamos a nosotros mismos “el oasis”. Había mucha independencia. A mí me daba lo mismo lo que dijera Relaño en el ‘As’, o lo que la noche anterior hubiera dicho De la Morena. No es que estuviera en desacuerdo con ellos, no. Sólo que nuestro terreno era ‘El Día Después’, nada más. También hay que tener en cuenta que el programa era un poco la ventana abierta de una televisión codificada. Nuestro objetivo comercial era el de provocar interés en posibles nuevos abonados de Canal+. Algo así como “Esta es nuestra manera de ver el fútbol. ¿Le interesa? Abónese”.

¿Realizará Robinson Productions algo para televisión?

Estamos a la espera de la aprobación de un programa para Canal+. Será una especie de ‘Informe Semanal’, pero mensual y sobre deporte. Será de una hora y en él hablaremos de historias humanas en el deporte. Y desde hace algún tiempo se habla de hacer algo muy parecido a ‘El Día Después’.

¿No podéis retomar simplemente el formato?

Ahí existe un debate. Yo tengo ciertas dudas, por ejemplo, en retomar el nombre. ¿Seremos capaces de volver a hacer ‘El Día Después’? Yo pienso que sí. Pero hay que hacerlo con mucho cuidado. No quiero maltratar el programa. Es mejor dejarlo descansar en paz que revivirlo sin estar muy seguros de ello.

Hablamos de Canal+, pero ¿Y en Cuatro no tendría cabida?

Esa era la idea primera, cuando se dio la concesión a Cuatro. Pero posteriormente se decidió que al ser un canal nuevo todo tenía que ser nuevo, sin programas de prestado de Canal+.

Cuando se anunció ‘Maracaná’, pensamos que sólo se trataba de un cambio de nombre, de imagen, pero que la línea iba a ser la misma. Y nos decepcionó profundamente, porque se trataba de otra cosa.

Creo que yo pintaba muy poco en ese programa. Estaba en él inmensamente incómodo. Me sorprendió muchísimo que apenas fui consultado, después de 15 años dirigiendo ‘El Día Después’. No quiero decir que tuviera que dirigir el programa, pero sí que se me consultaran algunas cosas. Por ejemplo, recuerdo un día que nos encontramos a Carlos Latre en Tres Cantos y me lo presentaron diciéndome que iba a presentar ‘Maracaná’ con Paco y conmigo. Así me enteré.

Nunca logré entender lo que querían con ‘Maracaná’. Tampoco estoy muy seguro de que Paco lo tuviera claro. Y tampoco que Elena Sánchez (directora de Contenidos de Cuatro) lo tuviera claro. Tampoco la gente que trabajaba en el programa. Por tanto, ¿qué posibilidad tenía el público para entenderlo? Creo que había personas que plantearon que había que “armarla en el plató”, al estilo de los programas rosa de Telecinco. Pero Telecinco ha triunfado por una buena razón: sus programas estrella son ‘Gran hermano’, ‘La casa de tu vida’, ‘Hotel Glamour’… Voyeurismo sobre la cotidianidad. El resto de programas siguen esa línea, se nutren de la materia prima que suponen esos programas. Pero nuestra materia prima no es esa, es fútbol. Por ello, no es necesario subir el volumen, “armarla”, como hace ‘El Rondo’, por ejemplo, un programa en el que tengas el volumen como lo tengas, no logras entender lo que dicen. Parece que en ese programa intentan subir la audiencia a base de gritos.

¿Y el espectador de fútbol no se rebelará nunca dejando de lado ese tipo de programas que le tratan como si fuera bobo, que bajan tanto el nivel del discurso?

Yo creo que es una cuestión de tomarse en serio tu trabajo, el producto que estás haciendo, vendiendo. No a ti mismo, pero sí tu trabajo. En ese sentido, creo que el legado de ‘El Día Después’ es importante, porque nos tomábamos en serio nuestro trabajo. Hay toda una generación que ha vivido el fútbol desde ‘El Día Después’. Estoy contento con eso, por ejemplo, con cómo hemos hablado con esa generación.

Espero que llegue la rebelión del aficionado del fútbol, que el grito, el insulto o la politización del fútbol no triunfen, porque su legado no será bueno. Creo que este tipo de personas deben pensar en el legado que dejan a sus espectadores. Una televisión es una empresa, está claro. Pero tiene que tener una política social. Yo creo en el capitalismo, pero sólo cuando tiene una conciencia social. En televisión nos dan un espacio, un púlpito para hablar, y eso conlleva una responsabilidad. No es solo una cuestión de ganar. Nunca habrá un contrato para Robinson Productions, por mucho dinero que nos ofrezcan, que implique usar un “idioma” determinado, un léxico a base de insultos. La comunicación debe tener también una responsabilidad social. Obviamente no tengo criterio para hablar, por ejemplo, del cambio climático, pero en mi campo, el deporte, debo intentar hacerlo todo con el mejor talante posible. Yo no puedo hacer un programa lleno de insultos y de gente gritando. ¿Sabes por qué? Porque si lo hago, mi padre me manda a la cama sin cenar. No sé si el aficionado de fútbol se rebelará. Ojalá, esperemos que no crea que ese es el único registro posible en debates deportivos.

Una última pregunta, ¿cómo llegas al PC Fútbol?

Os voy a contar una anécdota. Gabi Ruiz, que ahora está en Digital + como especialista en fútbol internacional, trabajaba en Dinamic, los que hicieron el PC Fútbol, que era la empresa de su familia. Sus hermanos eran informáticos. Su idea era cogerme a mí para la segunda edición del PC Fútbol, como imagen. Yo era muy reticente para temas publicitarios. En un final de temporada Gabi contactó conmigo. Le intenté evitar todo lo que pude, hasta el punto de que a veces entraba en la oficina por la puerta de atrás. Una vez sonó el teléfono en mi casa. Yo nunca cojo el teléfono, pero ese día creí que era mi mujer. Lo cogí y era Gabi. Me dijo que estaba en la puerta de mi casa y que tenía un talón por x dinero, que me lo intercambiaba por una hora de mi tiempo, porque le escuchara una hora. Salí, me metí en su coche, me llevaron a sus oficinas y me dijeron que lo único que querían era mi foto y una firma. Fue tal su insistencia que me fascinó y terminé por aceptar. Su pasión por lo que estaban haciendo era tal que terminaron por convencerme. Pasado un año, en el que vendieron muchísimo, renové por cinco años con ellos. Debo de confesar, de todas maneras, que yo no llegué a jugar a PC Fútbol más que al 4.0. dos o tres veces. Pero en la sección de deportes de Canal + estaban todos enganchados. Después el juego desapareció, y ahora lo lleva otra compañía. El primero no tuvo muy buena acogida, pero el segundo parece que, aunque no ha vendido tanto, está mucho mejor.

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