Resguardados bajo una palmera

El equipo ilicitano quemaba hoy su último cartucho para aspirar a engancharse al pelotón de equipos con números reales de ascenso, y vaya que se le notó especialmente motivado desde el inicio de la partida. Uribe, que había arengado durante toda la semana a sus jugadores recordando la derrota en casa en la primera vuelta, y se había remontado 24 años en la historia para buscar en el baúl de los recuerdos la derrota menos esperada de los ilicitanos, precisamente ante los amarillos y con un ascenso a primera como premio, sabía que un triunfo ante los cadistas les mantendría vivo, con respiración asistida y pendiente de un milagro, pero vivos. Los que vimos las recientes derrotas de los franjiverdes en casa ante el Recre y el Celta sabíamos que el partido iba a ser bastante complicado. Es verdad que ambos terminaron con derrota, pero no es menos cierto que los meritos para el triunfo fueron de los alicantinos, que vio como los postes, errores arbitrales (con gol legal anulado a Moisés), y fallos infantiles y puntuales en defensa (resbalón de Txiqui en el gol del Recre), les había dejado prácticamente pendientes de un abismo. Para su desgracia, la historia se repitió en el duelo con los amarillos (con menos dureza, pues dejó un punto en Martínez Valero), pero vayamos por partes.

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Enrique no tuvo su mejor díaFoto: cadistasfinos.com

Uribe no sorprendió con su alineación, 4-2-3-1 con hombres delante que se movían muy bien entre líneas, dos jugadores Azkoitia e Ismael pegados a la cal, Nino, arriba, sólo, que es donde se encuentra como Pez en el agua, Rubén, haciendo de Pavoni, y sorprendiendo en este partido por su rapidez en dar el balón al compañero y buscar su propio desmarque. Magnífico partido el del asturiano, al que en el primer tiempo trataba de seguir en sus basculaciones otro asturiano, Suárez. En el medio centro un incombustible Alfredo, con gasolina y dotes de mando, y su lugarteniente canario, José Antonio. En la defensa, en el centro, jugadores experimentado como Noguerol y Benja (que sólo mirarle la cara da miedo…) Compañero de Javi Navarro en el Elche hace unos años, han aprendido en la misma escuela, la de los saltos con los codos, la de la dureza, y la de las malas artes (que se lo pregunten al bueno de Armando, al cual le partió el labio, y a Oli, que se llevó varios regalitos en forma de codazos). Los laterales eran para Txiqui, que ya nos marcó un gol en Carranza cuando nos visitó con la camisola del Leganés y un serbio-croata de nombre Tasevsky, ya veterano, procedente del Villa-Real, que suplía al sancionado Bernaus, internacional andorrano y del cual me acordé por la participación activa del polaco en el transcurso del partido. Primero con un magnífico centro de extremo, que no de lateral, que supuso el gol ilicitano, y después por una fea entrada a Pavoni, que debía haberle mandado a la caseta antes de tiempo.

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Sesma y Txiki. Duelo que acabó en tablas, como el partidoFoto: cadistasfinos.com

Si a estos jugadores le sumamos un banquillo como el de ayer con nombres como Trotta, defensa internacional argentino; Luís Gil, extremo sevillano y sevillista; Moisés, delantero de lujo y goleador; Zárate, el chino menos querido en Cádiz; Unanua, el portero que sustituyó en Osasuna a Unzúe; Peragón, bullicioso y escurridizo jugador con pasado en Primera con el Rayo; Turiel, mediocentro de la cantera merengue, y jugador de Primera… y si le añadimos los no convocados para el partido como Unai, y Otero, internacionales españoles en la etapa Clemente conforman una plantilla confeccionado para subir, y subir, para que les llevará a Primera… pero este año tampoco será. Durante el primer tiempo el dominio y mejor juego ilicitano era más que evidente. Especialmente por la banda de un rápido Ismael que podía con Velásquez. El juego entre líneas de Rubén y Azkoitia no podía ser frenado por la defensa amarilla, y las ocasiones se fueron sucediendo. Daba la impresión, que resguardados bajo una palmera nos protegíamos de los dátiles (en forma de ocasiones) que nos iban cayendo. La primera fue en el m.13 cuando Nino disparo con su derecha cruzado ante la falsa salida de Armando, que después supo recular hacia su portería; En el m. 19 nueva jugada por la izquierda, buen centro de Ismael y esta vez fue Azkoitia quien no acertó a chutar entre los tres palos tras controlar con el pecho y su disparo se le fue alto.

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Abraham sangre fría desde los nueve metros Foto: cadistasfinos.com
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De la Cuesta, mejoró en la segunda mitadFoto: cadistasfinos.com

En el min. 25 corner desde la izquierda y Benja de cabeza remata a placer, mansamente a las manos de Armando; en el m. 30 jugada individual de Rubén que desde fuera del área lanza un zapatazo que sale ligeramente fuera a la izquierda de la portería: en el min. 40 nueva jugada por la izquierda, y Nino algo escorado dispara con toda la intención y encuentra la mejor respuesta de Armando. Los dátiles no paraban de caer y todos esperábamos irnos a la caseta para buscar otra táctica pero nuestro gozo en un pozo, pues al filo del descanso, Nino, quien iba a ser, pues con el de ayer ya suma 16 goles, y demuestra una vez más que es jugador de Primera, ( Benito,,, te lo recomiendo) se adelanta a De la Cuesta y es el que mejor sabe leer un medido centro, como no desde la izquierda de Tasevsky, tras jugada al primer toque con Alfredo. El gol fue más un acierto del delantero almeriense que fallo del colombiano. Su remate con la coronilla, buscando a conciencia el segundo palo, es de gran rematador, de hombre listo, y de oficio. Armando no pudo hacer nada. Estuvo a punto de detener el remate, de ahí su desesperación, pero los porteros también tienen dos brazos y dos piernas, como todos. En Salamanca ya Deus, nos marcó un buen gol con la cebeza y el del Nastic en Tarragona fue de Bolo, también de cabeza y anticipándose a Paz. Estos dos goles llegaron ambos con la defensa titular Paz-De Quintana. No debemos cargar las tintas con el colombiano, que ya en el segundo tiempo estuvo inmenso luchando con el tanque de Moisés. El segundo tiempo, sin cambios en los equipos iniciales, empezó de forma similar al del primer tiempo, con menos ritmo atacante de los alicantinos, pero el dominio y las ocasiones eran de ellos. El partido trascurría pesaroso para los cadistas que lo veíamos por televisión, pues no veíamos ni siquiera la mínima oportunidad de engancharnos al encuentro. Así estábamos cuando en una de las escasas aproximaciones amarillas se produce corner a la izquierda de Caballero. El golpeo de Enrique deja el balón sin aparente peligro es golpeado por Azkoitia, tras controlar entre el pecho y el hombro. El único que vió que le había dado con la mano fue el juez de línea que advirtió a Medina Méndez del acto punible, y éste con gran osadía y atrevimiento se dirigió hacia el punto de penalti, ante la sorpresa de todos. Sólo como John Wayne ante el peligro, así me sentí yo, sólo en el sofá del salón. Me acordé de Manolo Pérez, y de la máxima no escrita del fútbol, que penalti que se pita y que no es, no se marca. Pues me equivoqué, Paz, también sólo ante Caballero, no fallo y demostró que es un pedazo de jugador, como Nino, también de Primera (Benito, no lo dejes marchar)

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Suplió a Fleurquin. Ayudó bastante.Foto: cadistasfinos.com

Con este gol, llegaron los cambios/revulsivos del Cádiz de Raúl López y M.Pérez por Enrique y Velásquez que apenas se hicieron notar. Varela mantuvo a mejor nivel a Ismael, quizás mermado en su aspecto físico, pero el juego y el dominio seguía siendo ilicitano que ya, además de buscar las jugadas por las bandas, tenía el recurso de Moisés delante que, como un poseso, luchaba con gallardía por todos los balones. Tras el empate, el Cádiz se empeñó en que el partido apenas tuviera ritmo, y el juego se vio interrumpido por las continuas faltas de uno y otro equipo, que tiraban de manual para presionar al arbitro, y “recordarle” su equivocación. Como no, era el Elche el que llevaba la iniciativa, con un Cádiz »argentinizado” y buscando la contra, dando por buena la igualada. Los saques de esquina se sucedían ante el portal cadista, y en uno de ellos, jugada de laboratorio con remate al primer palo de Noguerol que Armando atinó a alejar de la portería. Fue la única ocasión clara de los ilicitanos en el segundo tiempo, pero por juego nos tenían apabullados en nuestra portería. El Cádiz no sabía/no podía, pese a disponer de tres medio centros en el campo controlar y marcar el ritmo del juego, El balón lo perdíamos ingenuamente en cada ataque y esto suponía un nuevo arreón del Elche. La épica llegó al final cuando Armando se jugó la cara en un balón dividido y se llevó un cabezazo infortunado de Benja. Con sangre, tiritas, nervios, colillas que iban llenando el cenicero y un reloj que no corría, con un árbitro que no señalaba el final de los 4 minutos que dio de descuento llegamos al final. Había pasado lo peor, y sumamos un punto en el, a priori, peor desplazamiento que nos quedaba en nuestro camino hasta la Primera. Con este son ocho partidos sin conocer la derrota. Sólo hemos perdido dos partidos como visitantes fuera en toda la liga.Son estadísticas conocidas por todo el mundo, pero que conviene recordarlas. Ayer, es justo e incuestionable reconocerlo fuimos superados por un equipo, que fue mejor y tuvo las mejores ocasiones de gol. Tuvimos la fortuna de contar con una ayuda arbitral que nos dio un punto. Sin esa ayuda no hubiéramos marcado. Ayer no era nuestro día. Pese a ello no perdimos y la sonrisa continúa en nuestros labios. Gracias a la palmera que encontramos en el camino. Una jornada menos y seguimos en puestos de ascenso.

Autor:Tito Martin

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