Página en blanco

album_cad_sev_03.jpgCon esta crónica podríamos hacer como en los comentarios que Pepe Monforte hace de las chirigotas malas en el La Voz del Carnaval: hablar del tiempo, de la comida o de cualquier otra cosa. Sin duda, el partido del 11 de febrero de 2006 en Carranza dejará muy pocos recuerdos positivos para el cadismo. Quizá alguno se encontró un billete de 50 euros o conoció a la que será la mujer (hombre) de su vida o, incluso, vio nacer a su hijo mientras que el Cádiz jugaba… porque en lo que se refiere al Cádiz pocas alegrías nos dio.

 

El problema llegó en el minuto 5 del partido. El Sevilla es probablemente el equipo más incómodo, desagradable y contrario al espectáculo que hay en toda la Primera División. Pocos pagarían por ver a este Sevilla y menos aún por verlo con un gol a favor. Las posibilidades del Cádiz se centraban en tener el partido abierto y en el minuto 5, Saviola las mató. Primer acercamiento y en posición dudosa “el conejo” aprovechó un balón suelto para hacer el 0 a 1.

Cádiz y Sevilla juntaron el hambre con las ganas de comer. Si al  Sevilla es muy difícil remontarle un partido, al Cádiz le cuesta un mundo sobreponerse a un gol en contra. De hecho, el gol de Saviola provocó nervios, imprecisiones, desaciertos, desorden… Las virtudes teologales que siempre adornan a este Cádiz sucumbieron ante el orden y la presión del rácano equipo de Juande. Porque los sevillistas basaron todo su argumentario en el monólogo de darle el balón por alto a Kanouté para que lo bajara y creará la segunda jugada.

 

album_cad_sev_01.jpgLa incertidumbre amarilla crecía por momentos. Aitor Ocio marcó a la salida de un córner pero el colegiado dio aire al Cádiz anulando el gol. Ni por esas. Estoyanoff seguía desastroso por la derecha, Benjamín perdiendo todos los balones que tocaba, Raul López amargado por Jesús Navas, Sesma más preocupado en apoyar al jerezano contra la dupla Navas-Álves que en buscarle las cosquillas a la defensa sevillista, los centrales impotentes ante la envergadura de Kanouté y la velocidad de Saviola,… Todo salía mal y, vistas las circunstancias, lo mejor era el marcador.

En la segunda parte, la salida de Enrique y Lucas Lobos dio otro aire al Cádiz. El argentino es el jugador de más calidad de la plantilla cadista ya que evidencia un regate y una visión de juego más que notables pero contra el Sevilla fueron insuficientes. Cierto es que los minutos que siguieron al descanso fueron los mejores de los del Cádiz y los únicos en los que parecía que el empate podría llegar. Sin crear efectivo peligro, el Cádiz tenía la pelota y trataba de entrar, más con el corazón que con la cabeza, gracias al empuje de Bezares y a la señalada habilidad de Lucas Lobos. El Cádiz parecía creer en el empate y Espárrago sentó al desafortunadísimo Benjamín para dar entrada a un Fernando Morán al que habrá que seguir concediendo el beneficio de la duda. Pero poco después llegó la puntilla.

 

Un centro desde la derecha fue rematado por el recién ingresado Puerta para hacer el 0 a 2. Ese fue el momento en el que el Cádiz se vino abajo y Kepa primero y Kanouté después pusieron el abultado e injusto 0 a 4 en el marcador. Medina trató de hacer el gol del honor primero en un cabezazo y después en una buena jugada pero ambas jugadas no acabaron en gol por poco.

El balance es, sin duda, negativo. Una abultada derrota que trunca la buena imagen mostrada por un Cádiz que ya debe pensar en el Osasuna y olvidar un partido para olvidar.

Autor:Ccapital

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