Pablo H. mete… y mete en apuros al Real Madrid Castilla

madb_cad_01.jpgLa veteranía es un gradoDebut del Cádiz en el mayor centro deportivo jamás construido por un club de Fútbol. La nueva Ciudad del Real Madrid es un proyecto urbanístico muy vanguardista que comprende un espacio de 1.200.000 metros en la zona Norte de Madrid. Allí se encuentra el Estadio Alfredo Di Stéfano, donde el Real Madrid Castilla juega sus partidos. En la actualidad tiene una capacidad para 6.000 espectadores (4.000 en el lateral oeste y 2.000 en el lateral este). De esta cifra, según nos han contado aproximadamente 1.500 eran cadistas entre los que han viajado desde la Tacita y provincia y la extensa y animosa colonia de amarillos en los Madriles. El Cádiz empezó el partido muy bien y vaya que se notaba por sus cánticos. El equipo de más calidad quiso imponer su mayor madurez desde el inició y los primeros minutos fueron un recital de los hoy vestidos totalmente de amarillo. Mediante una presión asfixiante desde los delanteros que ahogaban a los medio centros del Castilla, el balón apenas salía del campo merengue. madb_cad_05.jpgTodo esto además se veía acompañado por muy buenos movimientos de ataque, en especial con las subidas del Tano Vella, que arropaba muy bien Pablo H. Lucas Lobos, caía continuamente a la banda izquierda y desquiciaba a la novel defensa castellana, que no se cansaba de perder el balón. Cuatro saques de esquina en los primeros minutos, y hasta seis ocasiones claras de gol de Vella, Cacique, Lobos (su gol anulado se demostró en TV que era legal), Miguel García, Pablo H, etc. nos tenían el corazón encogido a lo que estábamos en el sofá. Ya deberíamos haber marcado, cuando Pablo H. recibe el balón en su posición natural, esa que le marca el técnico en la pizarra, y tras amagar a su marcador de 194 cm de altura, y de cintura tan dura como la del Ficus del Hospital Mora, a derecha e izquierda, recorre pisando la cal del área en perpendicular hacia la meta. Cambia de pierna en la media luna y zas, latigazo con la izquierda. Un diestro que golpea con la zurda y lo hace fuerte y raso, es medio gol si además el buen portero Codina se encuentra ligeramente tapado por sus centrales y reacciona algo tarde al no ver salir el balón. Estupendo gol y el Cádiz que se ponía por delante. El recurso de salir con contundencia había sido efectivo y los deberes estaban hechos al adelantarnos en el marcador. Mientras, el equipo merengue que notaba en exceso sus tres derrotas consecutivas, les imponía mucho ver a tanto amarillo en el césped y en las gradas y sobre todo notaba sobremanera las ausencias de Torres, De la Red y Nieto, convocados por Capello y las de Javi García (lesión) y de Granero y Palencia (sancionados). madb_cad_02.jpgIncomprensiblemente con el gol se acabo la clase magistral que había ordenado José González y a partir de ahí y hasta el descanso el juego fue muy igualado, destacando en los madridistas Mata muy activo e incordiando moviéndose entre líneas y Adrián, al que Fleurquin le hizo varias caricias por todo su cuerpo, lo que valió en una de ellas para ser amonestado. La última ocasión de la primera mitad fue para el ariete Negredo, en una jugada anulada por fuera de juego.La segunda parte fue bastante más igualada que la primera, en la que el Cádiz era justo vencedor. El equipo visitante era consciente de la importancia de encadenar una segunda victoria (nunca se había conseguido con Jose de entrenador) y eso marcó el devenir del encuentro. Los amarillos especularon con el marcador a favor, conscientes que en cualquier jugada de estrategia o en alguna contra les podía llegar el definitivo segundo gol. Y el guión pudo salir perfecto si Sesma hubiese estado más rápido y con mejor técnica en un control que le dejó solo ante Codina y que desperdició en un disparo fallido casi al aire. Tras saque de esquina y balón suelto en la frontal del área también pudo marcar Morán, pero su fuerte disparo se estrelló en la base del poste para desesperación de los amarillos. Esta vez el Cádiz consiguió que el partido no se volviera loco y nunca fue de ida y vuelta, estando siempre nuestra defensa bien posicionada. Pese a ello, tocaría sufrir, porque los pibes no se rendían fácilmente y como ya habían hecho en varias ocasiones esta liga, no cejaban en su empeño de remontar un marcador adverso. Los cambios de Michel (remodeló su zaga retrasando al hasta entonces medio centro Tébar a su posición natural en el centro de la defensa, dejando a Sergio Sánchez en el lateral y dando entrada en el mediocampo a Rodri y a Parejo, jugador juvenil) le dieron vida a su equipo, en especial por la actuación de Borja Valero en banda derecha que fue el mejor de su equipo. Un fuerte disparo del debutante Sergio Sánchez, lejano pero con peligro de gol despertó a los merengues, que con más cabeza que corazón seguían empeñados en tocar y tocar para llegar hasta Armando. Esta vez no hubo fútbol directo, pues el empeño de los de Michel por querer ganar jugando mejor que el contrario es digno de elogio, aunque hoy la ley de la selva les ha matado. El animal más fuerte siempre se suele comer al más pequeño. Este año si que hemos ganado en Madrid, me alegró de forma especial por mis amigos de la Peña Cadista 1910 que son unos anfitriones de lujo para todo aquel cadista que recale en la Capital . ¡¡¡ Va por ellos ¡¡¡

Autor:Tito Martín

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