Nos sobró Robinho

El Estadio desde lo más alto. Más de 20.000Antes de nada, dos ideas fundamentales. Una: si el Cádiz juega así durante toda la temporada conseguiremos, tarde o temprano, los 42 puntos que aseguran que el Madrid volverá el año próximo. Dos: no todos nuestros rivales tendrán a Ronaldo y Robinho. Ahora, el partido. Llevábamos catorce años esperando este momento y Carranza no falló. Emocionante es lo menos que se puede decir de las pancartas que se desplegaron en los fondos antes del comienzo del partido. La alegría nos duró, exactamente, cinco minutos. El Cádiz de Chapín había preparado el partido para aguantar, cerrar las líneas de pase y salir al contraataque, pero Ronaldo se deshizo de De Quintana y con un derechazo impresionante sorprendió, tanto a Armando como a los 20.000 cadistas que estábamos viendo el partido. Una foto histórica. 12 años sin vernos en Primera. Por un momento nos temimos lo peor. La lluvia de estrellas amenazaba la noche del submarino, pero los de Espárrago se sobrepusieron a tan durísimo golpe, no se vinieron abajo y comenzaron a inquietar la portería de Casillas. Las jugadas de estrategia fueron las que más “uys” arrancaron de las gargantas amarillas. Oli estuvo a punto de marcar en un corner peinado por De Quintana y Enrique puso a prueba a Casillas en un rechace tras una falta. El Madrid sólo pudo responder en un centro de R. Carlos que Raul estuvo a punto de marcar. Pero el Cádiz, cada vez se venía a más. Por momentos, los galácticos parecían los amarillos y los blancos cada vez más nerviosos. Hasta el punto que Casillas cantó de forma increíble, aunque Sesma no pudo aprovechar el inesperado regalo. El descanso demostró qué equipo tiene entrenador. El Cádiz salió aún más concentrado y con las ideas más claras. Además, a los diez minutos entraron los dos jugadores en los que más esperanzas hay puestas este año, Benjamín y Estoyanoff. De una incorporación del primero nació el corner que originó el gol cadista. Estoyanoff lo sacó, Oli lo peinó y Pavoni, a la media vuelta, lo introdujo en la portería de Casillas. El estadio parecía caerse. Si ya creíamos un sueño ver a los blancos en el Carranza, esto sobrepasaba nuestras expectativas. Pero, por desgracia, Luxemburgo movió su banquillo y entró el tan esperado Robinho. A partir de ahí, el partido dio un giro. Baptista nunca pudo con Varela El Cádiz intentaba crear peligro saliendo con velocidad, pero siempre con el temor que todo balón perdido acababa en las piernas de Robinho. El delgado brasileño sembraba el terror con sus quiebros y bicicletas. En una de esas, Ronaldo le robó la pelota, para sorpresa de la defensa cadista que estaba esperando la nueva diablura del recién llegado. El “nueve” se aprovechó de la confusión y, sólo ante Armando, le regaló el gol a Raul. Fue un auténtico jarro de agua fría para todos los amarillos que soñábamos con empezar con un puntito. Los ocho minutos que quedaban lo aprovecharon los merengues para dormir la pelota y hacer “cosas de galácticos”. Helguera lanzó al larguero tras otra internada de Robinho. El Cádiz ya no tenía fe para dar otra respuesta aunque Estoyanoff lo intentaba en varias ocasiones, con poco éxito, por la derecha. El partido ha demostrado varias cosas. Por un lado, que Carranza sigue siendo una fiesta, aún perdiendo. Además, que los árbitros no nos van a regalar nada a lo largo de la liga. La diferencia de rasero a la hora de tratar a los futbolistas y mostrarles las tarjetas clamó al cielo. Por último, toda España ha visto que este Cádiz va a dar mucha guerra y que ganar en Carranza no va a ser fácil para nadie, ni siquiera para los que vienen de “otra galaxia”.

Autor:Cientonoventayseis

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