Abriendo el camino

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Ni 4-3-3 ni 4-2-3-1 ni 4-4-2. Generalmente, cuando un equipo tiene mejores jugadores que otro, cuando está más acostumbrado a jugar con presión, cuando se siente más cómodo, el mejor equipo suele ganar. El Cádiz lo hizo por 3 a 0 al Vecindario con una actuación sobresaliente de Lucas Lobos que consiguió un hat-trick.

Parece que Oli nos va a permitir hablar de planteamientos, de opciones tácticas, de rotación de jugadores. Ante el Vecindario apostó por el 4-3-3 que el Barcelona de Rijkaard ha puesto tan de moda con Bezares, Miguel y Sergio Rodríguez en el centro del campo y Lucas Lobos haciendo de Ronaldinho. No obstante, lo más importante fue la concentración con la que salió el Cádiz al campo. Presión asfixiante en todas las líneas y transiciones rápidas en búsqueda de los dos delanteros: De Paula y Cacique Medina.

 

La concentración y la ambición del Cádiz señaló en estos primeros minutos el camino por el que discurriría todo el partido: superioridad aplastante amarilla con sucesión de ocasiones cadistas y una efectividad más que escasa. Uno de los más activos en el arranque fue el Cacique Medina. El uruguayo mandó un balón al palo, fue objeto de penalti no señalado en una jugada en la que el portero Lampón acabó lesionado-, falló dos goles

Mientras, el Vecindario era incapaz de superar la línea del centro del campo amarilla. Los canarios se vieron superados por la presión del partido, del estadio y del rival. En toda la primera parte sólo dispararon una vez. Más que un Vecindario fueron un grupo de amigos que lucharon por arrebatar al Málaga el premio al peor equipo que ha pasado por Carranza en las últimas cuatro temporadas, desde que a Cádiz sólo vienen equipos profesionales.

 

debu_acuna.jpgEl cero a cero era la única buena noticia que los canarios podían llevarse a la boca. Para colmo el portero titular Lampón tuvo que ser sustituido por Oliver y Lucas Lobos decidió poner a prueba al nuevo guardameta visitante: un espectacular tiro tras dejada del Cacique Medina que cogió todo el efecto posible para que el recién ingresado sólo pudiera cogerla del interior de las mallas. El canijo hacía el primero de su triplete.

El gol no cambió el sino de la delantera amarilla. Las ocasiones seguían acumulándose en el debe de los atacantes cadistas. De Paula fallaba tantas como había antes fallado el Cacique y el uruguayo se picaba para fallar más que su compañero. Tampoco las incorporaciones de Sergio y Miguel conseguían convertirse en el segundo gol. La superioridad cadista era tan apabullante que parecía un partido entre profesionales y juveniles. El único problema para los de Oli eran los desajustes con que la defensa afrontaba las escasas llegadas de los delanteros rivales. Está claro que el sistema defensivo es uno de los conceptos a mejorar por el entrenador asturiano pero si el Cádiz juega con un nivel de presión parecido al de este partido la defensa sufrirá poco.

 

No ocurrió así en el inicio de la segunda parte en el que los amarillos se relajaron y el Vecindario comenzó a asomar por el área de Armando con más inocencia que peligro. Xisco desaprovechó la gran ocasión para empatar rematando fuera un balón franco ante el de Sopelana.

marcador.jpgA partir de ahí el debutante Acuña decidió unirse a la fiesta y convertirse en el otro protagonista del partido. El paraguayo es rudo, tosco pero tiene una fuerza de voluntad, una velocidad y una capacidad de salto poco comprables dentro del fútbol actual. Con sus aptitudes físicas se fabricó más de cinco ocasiones y demostró que, hoy por hoy, su nivel es superior al de sus dos rivales por el puesto de nueve cadista. Sin embargo, tampoco a la hora de definir estuvo fino. Mandó un balón al palo, dos más al muñeco y otros dos que Oliver le sacó, uno con una palomita espectacular y el otro con una mano excelente.

 

Cuando parecía que tocaría sufrir, la inocencia del Vecindario se transformó en infantilismo y Ruano pisó a Lucas Lobos con el árbitro a treinta centímetros. Penalti y expulsión. Lucas Lobos hacía el segundo. Contra diez el paseo cadista rozó lo sonrojante. El Cádiz se vio sobrado y buscó paredes imposibles, controles fantásticos, dejadas inimaginables comandados por un Sergio Rodríguez que comprende que su mejor aliado es el argentino Lobos. Así las cosas el tercero tenía que llegar y llegó con una internada de Acuña que tras trastabillarse, levantarse, regatear, volver a caerse, encarar y desbordar sólo pudo ser parado con penalti. Lucas Lobos hacía el tercero y cerraba una victoria que, con el partido en las retinas puede antojarse hasta corta.

Autor:JG del Valle

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