Una marca del pasado…

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 También se caen los que se compran en las tiendas. Y no son baratas que digamos

…que sólo el Cádiz la hace de Primera Nacida en 1977 en Elche, la marca de prendas deportivas que viste al Cádiz desde hace más de una década pronto va a cumplir los 30 años. Casi media vida, desde que la registraran los hermanos Quiles, Diego y José, vistiendo primero con la K, y después con la garra muchas de las mejores gestas de los deportistas españoles. En 1992 llegó su mejor momento. Las 22 medallas olímpicas de las Olimpiadas de Barcelona se recordarán para siempre con nuestros deportistas vestidos con la marca ilicitana. Todo un guiño patrio que hoy sería casi imposible de repetir. Poco después, y quizás aprovechando el rebujo dado por las 22 medallas, el Real Madrid (aún no era galáctico) elegía la garra para sus camisetas. En el ciclismo de entonces, comparable al fenómeno Fernando Alonso de hoy, los Fabio Parra, Oliverio Rincón o antes Vicente Belda enseñaban la marca en las mejores cimas del Tour de Francia. La empresa abría fábrica en Rusia, otra en Bielorrusia, almacenes en Moscú, Miami, Panamá, Brasil, Italia y Bélgica, e invertía 25 millones de euros en una nueva planta en Elche. Pero una expansión tan fuerte en el exterior, unida a la fortísima competencia de las multinacionales del sector (las de EE.UU, Francia, Alemania, Italia) hicieron doblar las rodillas al imperio de los Quiles. Una vez más tuvo que aparecer la ayuda pública que auspiciada por el Instituto Valenciano de Finanzas refinanciaba la deuda de 14,4 millones de euros que ahogaba a Kelme, logrando un préstamo en el 2002 a diez años de otros nueve millones de Bancaja y la CAM, a partes iguales. A cambio, la condición de la cesión de la gestión a profesionales externos.  Este es el marco financiero en el que se mueven actualmente en la fábrica ilicitana, agravado por un expediente de regulación de empleo para sus trabajadores. Hoy en día es innegable que la marca del Cádiz ya no es de Primera. De hecho, sólo el Cádiz la hace de Primera. Pero tampoco es de Segunda, sólo el Hércules y el Ciudad de Murcia, dos de los modestos, la quieren. En total, 3 clubes de los 42 que conforman la liga nacional de fútbol profesional. Por citar a estrellas de la liga, tienen a Raúl Bravo como imagen de la marca. Por eso no me ha extrañado lo publicado en El Diario de hoy 23 de septiembre, dos meses después de la presentación oficial del equipo, y a la cuarta jornada de liga: «La imagen de los jugadores del Cádiz con la ropa de entrenamiento empieza a ser poco digna, ya que las camisetas que utilizan ya no tienen los escudos, que se han ido despegando con el paso del tiempo. Al principio se cayeron algunos escudos, aunque ahora casi todas están sin ellos. Esta situación fue comentario ayer durante el entrenamiento entre los periodistas presentes, y hasta por boca de algún futbolista salió el malestar que representa para ellos llevar las camisetas en esas condiciones.» El mundo de los negocios -el del merchandising sin duda lo es, y cada vez más-, no entiende de relaciones contractuales eternas. Tampoco Antonio Muñoz ni los hermanos Quiles están al frente de ONGs. Por eso me extrañó en su momento que al grito de ¡Adiós a Segunda, adiós! que se cantó en Chapín en junio, no le siguiera en agosto el de ¡Adiós, a la garra, adiós! Ignoro las razones de porqué se continúa con ellos, pero lo que si tengo claro son dos cosas: que la ropa del Cádiz no es de Primera, y que en pocas cuestiones a debate será difícil encontrar más unanimidad entre los aficionados cadistas. Que me lo expliquen.

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