Si yo fuera Director Deportivo

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 Nuestros redactores han recibido el encargo de ponerse en la piel del Director Deportivo del Cádiz. «Si yo fuera Director Deportivo». Asi ve B. Tiner la situación actual.

Lleva razón en este caso Antonio Muñoz cuando públicamente resta importancia a acabar el año en zona de descenso. El equipo ha competido a un nivel aceptable durante gran parte de la competición. Una liga muy igualada y donde los triunfos se deciden por cuestión de detalles hace sin embargo planificar conveniente que es lo que se ha podido hacer mal en verano. Ahora es el único momento de rectificar, sobre todo porque nadie perdonar un nuevo descenso a Segunda B por mor de ahorrarnos unos euros en enero para buscar la cuadratura del presupuesto.

El equipo está claro que presenta carencias. En realidad todos tienen sus necesidades y hasta la Real Sociedad, líder en solitario, busca otro 9 que garantice goles. El fútbol muchas veces es más fácil de los que muchos se empeñan en codificarlo. Porteros, defensas, centrocampistas y delanteros. Análisis por línea, por jugador, y luego el balance colectivo. A eso le añadimos la posibilidad de futbolistas comodines y sumamos el balance de lesiones, sanciones, estados de formas, los pasados, los presentes y los previsibles. Tampoco conviene olvidar el grado de confianza con el que determinados futbolistas cuentan para el entrenador.

Si yo fuera Director Deportivo y tuviera que analizar la defensa me preocuparía mucho conocer que Cifu, Alvaro y Fragoso lo han jugado todo. Más de 1.500 minutos cada uno. Lo han hecho en condiciones en los que en la mayoría de ocasiones el entrenador hubiera introducido cambios, con varias jornadas encajando más de un gol partido. La zaga del Cádiz adolece de la experiencia y, sobre todo, de la jerarquía y contundencia que dan los años. En Segunda B no hizo falta porque al Cádiz con su pegada le bastaba, pero la división de plata es otra historia. De la Cuesta, el cuarto central al parecer, lleva sin jugar diez partidos seguidos desde el otoño de la  2007-08. En la práctica más de dos años lesionado. Termina contrato pronto y si el mister no lo pone todos imaginamos que será por algo. Sobre todo porque es el único de los cuatro que ha jugado en Primera. Roberto Mansilla, al que entrenador lo conoce bastante bien, ha jugado tres minutos y… de mediocentro.  Fragoso sufre mucho con jugadores del perfil de Marcos Márquez, Kiko Ratón o Jorge Molina por citar sólo algunos de los tres últimos delanteros centros a los que se ha enfrentado. El repliegue defensivo del Cádiz a veces da la impresión que lleva la zaga muy atrás. Cuando no es así, es relativamente frecuente que los rivales busquen la espalda de la zaga (ocurrió en casa con el Betis y en Girona). Quizás no sea entera culpa de ellos, o al menos no en parte, e influya que Erice suele acostarse mucho delante de los centrales condicionando el sistema. Otro problema añadido es la falta de centímetros. No es casualidad que Jove le ganara el salto a Cifu en el primer gol del Murcia.

Creo que Cristian y Cifu están ambos al nivel de los mejores laterales derechos de la categoría. El problema es que de «2» sólo puede jugar uno. Cierto también que Cristian debe pensar antes como defensa que como atacante, sobre todo porque una desaplicación suya puede hacer que el equipo encaje un gol pronto y condicione el resto del partido. Alguna vez ha ocurrido esto. Si Raúl López recupera su estado de forma  habitual, con él y con Cristian y Cifu el equipo puede funcionar sin problemas durante la segunda vuelta. 

Si jerarquía y contundencia está en falta en el eje de la zaga, no digamos en la medular. Fleurquin tiene de ambas a raudales pero con el charrúa no se ha podido contar. Si yo fuera Director Deportivo tendría claro que un equipo debe tener, sí o sí, al menos tres (casi todos los rivales tienen a cuatro) futbolistas con vitola de titular. Ignoro el tiempo que le queda al bueno de Andrés, pero el Cádiz necesita a un hombre de sus características. Un Iriney, un Mikel Rico o un Barber al que precisamente Peguero fichó siendo un desconocido del Conquense. El despliege físico que el Cádiz necesita durante los 90 minutos no lo garantizan ni Erice ni Ormazábal, pese al aceptable rendimiento que ambos están dando. Sostener la columna vertebral del equipo en la segunda vuelta con ellos dos es una temeridad. Es cierto que Fran, Carlos y hasta el mismo Abraham o Fragoso pueden echar una mano, aunque sobre todo actuar con el marcador a favor, con el rival al ataque y tener que asfixiar en la presión no está hecho para ellos.

López Silva está respondiendo en su debú en liga profesional. Incluso por encima de lo esperado. Enrique, pese a que los años no pasan en balde, es el segundo máximo goleador del equipo. Nano González, pese a que no ha hecho olvidar a Juanma, tampoco está desentonando cuando ha aparecido. Eso sí, Fernando Velasco no ha aportado nada. Preocupante es el hecho de que al parecer sea sólo el Estepona quien se ha interesado por él. Incluso Costa Jorda está siendo preferido como recambio del malagueño como jugador de banda izquierda.  Si bien es cierto que reforzarse con central y mediocentro parece más prioritario no debe descartarse otro hombre de banda. Aumentaría la competividad y garantizaría tener fresco un puñal en el banquillo para cuando los partidos terminan por decidirse.

El caso del Cádiz es atípico en un caso concreto. Quizás sea de los pocos equipos de la LFP que ha cambiado el sistema de juego durante el transcurso de la temporada y que se ha quedado con él tras el cambio. Algo que sin duda influyo durante la confección de la plantilla y que debería corregirse ahora. Si el Cádiz ascendió con un 4-2-3-1 con Caballero como mediapunta, en diciembre el equipo ha terminado invicto con el cada vez menos clásico 4-4-2. Carlos Caballero, que empezó jugando y debutando en la categoría, no ha dado el salto de calidad que se le ha podido presumir tenía en sus botas. Ni ha marcado, ni ha dado pases de gol y tampoco ha garantizado posesión y control. Para colmo ha terminado lesionado. Puede ser una de las salidas, sobre todo teniendo en cuenta que con su rendimiento en 2ºB en la temporada pasada no le iban a faltar novias en la división de bronce. Abraham es distinto aunque parecido a Carlos. El catalán, de mayor despliegue físico, ha ido de más a menos y con el nuevo sistema no está contando tanto como el seguro esperaba este verano. Queda el caso de Fran. Calidad tiene para jugar el fútbol, aunque adolece de imprimirle a sus acciones una marcha más. Esto parece que lo entendió en Murcia y es una de las esperanzas para la segunda vuelta, ya que quizás ya se ha dado cuenta que nada lo frena en su progresión nada más que él. O es que alguien piensa no tendría continuidad con minutos como los que brindó en la Condomina.

Volviendo a la posición de ariete, si yo fuera director deportivo no estaría sorprendido de que Toedtli apenas haya contado con minutos en este primer tramo. Era previsible que su espalda le podía pasar factura o tenerlo entre algodones permanentemente. Tampoco estaría preocupado porque Rubato sólo ha marcado un gol en Huesca, lo que de lo contrario me hubiera granjeado críticas. El Girona se va a reforzar en estos días con Antonio Calle y el Cádiz debe hacer el esfuerzo también. No olvidemos está jugando con dos en el once inicial, que tiene a Bartho y a Diego como titulares con Mariano como actual recambio. Nada más. Personalmente consideraría tener en la plantilla a un futbolista del perfil de Joseba Arriaga, el único acostumbrado a jugar de falso ariete o enganche, aunque cierto es también que si Gracia da el ok a su salida es el que mejor conoce la situación que origina su marcha.

Nos queda la portería. Casilla cumple pese al más de un gol por partido que lleva de promedio. A veces da la impresión que podía ser algo más en los goles encajados aunque también es cierto que cantadas pocas. Es regular. Para lo malo, y para lo bueno. Con su juventud debe ir a más a medida avance la competición. Dificil explicación tiene lo que ocurre con Zlamal. No fue el único que falló en Girona. Eso sí, si yo fuera director deportivo no me arriesgaría a quedarme sólo con dos porteros con todo lo que queda por delante.

Y dejo para el final al cuerpo técnico. Si yo fuera Director Deportivo le daría todo mi apoyo. De forma implícita y, sobre todo, de forma explicita.  Lo haría ante los medios, ante la plantilla y, sobre todo, ante el Presidente y sus Consejeros. En «peticomité» le sugeriría que no arriesgue jugar todo un segundo tiempo con ventaja en el marcador con un defensa con tarjeta amarilla. Ganar vale un potosí y por una tontería se pierde todo lo que se tenía prácticamente ganado. Sólo eso.

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