Se busca presidente. Se busca consejero.

sebuscapresidente.jpgEn esta ciudad y en cualquier otra, a cuanto hijo de la misma le propusieran representarla sería un honor, ante el que se solo se resistiría por el temor a no saber cumplir con la misión encomendada. Lo mismo podríamos decir del club de futbol que lleva el nombre de una ciudad, ese nombre al que la historia le da un valor añadido. Y he aquí que surge la controversia, cuanto más tiempo funde la historia en sus calderos, más bajo se comercia con ese nombre.Tras la dimisión de Antonio Muñoz como presidente del consejo de administración, y la puesta al frente de dos ejecutivos en conjunción con los administradores concursales, el Cádiz ha entrado en una dicotomía conceptual, por un lado van los dineros y por otro la institución. Pese a que debe existir un consejo de administración, éste va a tener que contar con el beneplácito de los administradores en todo lo referente a ingresos y gastos. Aunque ahí no queda la cosa, se dice, se cuenta, se rumorea, aún más se presiente que el principal accionista Antonio Muñoz no ha hecho sino retirarse del centro de las dianas, pero el número de acciones manda sobre cualquier cargo de ese consejo.No obstante pretende situar la imagen de una renovación y la idea de que él, en realidad, se retira de toda actividad. En esta renovación necesita caras nuevas, comenzando por un presidente que ahora le deben llamar institucional, más que nada porque poco va a decidir, una figura para sentarse en los palcos y representar al club en aquellos actos en los que realmente poco se guise. A los que se les ha ofrecido semejante cargo, conscientes del papel que van a jugar se han negado, y los que están dispuestos a ello no son del gusto del máximo accionista. Antonio Muñoz a su vez impone como condición el nombramiento de parte de los consejeros, dejándole al nuevo presidente la prerrogativa del nombramiento de otros tantos. La propuesta no hace sino dibujar el cuadro de un teatro en el que solo se piden caras y ni tan siquiera actores completos ya que hasta las voces van a ser dobladas.Por otra parte, fracasado el encontrar a este presidente también está siendo una labor imposible localizar alguien nuevo que acepte ser consejero, porque cada cual en su escalafón tiene corazoncito, y pocos se prestan a este juego. Se les ha prometido desde que el Cádiz estaba prácticamente en 2ªA, gracias al asunto del Hércules, hasta aquello de “no te preocupes, que en realidad no vas a tener que hacer gran cosa”, y aquí es dónde Muñoz comete un error de estrategia porque es dónde enseña sus cartas. Solo alguien con deseos de notoriedad sin miedo a la factura personal, aceptaría tal misión.Es así que se está configurando un cuadro de desaliento para todos. Por un lado aquellos cadistas que con todo el dolor de su corazón renuncian a algo que sería el gran honor de su vida y el otro el de un máximo accionista que se va a ver obligado a repetir consejo de administración, lo peor que le podría ocurrir, porque esto dará dos posibles lecturas. La primera, la de aquellos que no estén al tanto de estos asuntos, dirán que toda esta dimisión ha sido una estrategia al más puro estilo Lopera, y que nada cambia; la segunda, la de aquellos que lean que el nombre Cádiz C.F. ha sido tan devaluado por Antonio Muñoz, que nadie por principios quiere ofrecer sus servicios a tan bajo cometido.

Autor:José Ramón López

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