Mucho ruido y pocas nuces


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El 7 de octubre el Cádiz perdía con el Eibar. Era la última derrota del Cádiz de Remón en liga. No se sabía, pero era lo de menos. La sorpresa para la gran mayoría de cadistas de grada sucedía al finalizar el partido. Baldasano dimitía afirmando «el club está en quiebra técnica. Hemos sido engañados el Cádiz y yo. Se han encontrado graves irregularidades en la gestión». Por su parte, Muñoz anunció que «no voy a dejar al Cádiz en la estacada. Lo que ha dicho no es cierto». Con la dimisión, Baldasano anunció lo que llamó y luego no fue una gestión ordenada hasta el 15 de noviembre, fecha en la que también anunciaba sería la Junta General de Accionistas. Y llegó el 15 de noviembre. Y pasó lo que estaba cantado. Mucho ruido y pocas nueces. Pese a los proclamas de los dos bandos por encontrar la verdad; pese al compromiso de ambos por descubrir al mentiroso, y pese a que ni Baldasano ni Muñoz tuvieron necesidad de verse en este mes, todo había quedado atado y requeteatado, con un pacto de no agresión incluido. Estaba en juego el negocio. El presente y el futuro. También estaba en juego la imagen pública de ambos. Uno no quería seguir y al otro no le quedaba otra que volver al mando de la SAD Cádiz CF.

Por eso el 15 de noviembre había amanecido tranquilo. Más frío que los últimos días pero calmo. Preludio sin duda de lo que iba a acontencer luego en el Melía Caleta, curiosamente el mismo escenario donde Baldasano pronunció aquella cita para la posteridad Con el Cádiz no se juega.

Pocas sorpresas. Muñoz como era esperado quiso pasar página y mirar al futuro. No habló para nada de los números con los que Baldasano nos había asustado a todos aquella noche de octubre. Si mencionó el déficit presupuestario con el que afrontaba la temporada, algo más de dos millones de euros, destacando que gracias al acuerdo alcanzado los anteriores gestores se harían cargo de las nóminas de los integrantes del cuerpo técnico incorporado en su momento por Baldasano: Vicente del Bosque, Mariano García Remón, Francisco Jiménez y Félix Carnero. Eso sí, lanzó un mensaje de tranquilidad. «El déficit es asumible y vamos a buscar soluciones».

Mucho ruido y pocas nueces. Como en la obra de teatro de Shakespeare, un canto al amor y a la ilusión, el cadismo vive épocas de ilusión tras ver a un gaditano en el banquillo y seis de seis en la tabla. Aunque quizás, en palabras de Stephen Greenblat, estudioso de Sir Williams, lo que enseña la obra del maestro es que la ilusión es necesaria; «las ilusiones son trucos y engaños, pero también son ficciones sociales con las que viven hombres y mujeres».

Lo único no esperado, por no anunciado con anterioridad, fueron dos cuestiones. La primera, la vuelta de David Páez, el auditor que provocó una de las marejadas más fuertes y que terminó con la dimisión de éste. Muñoz lo explicaba así: «El auditor, tras salir a la luz documentos privados tomó la decisión de renunciar a continuar con la auditoría por las presiones que hacían que no pudiera trabajar con arreglo a lo que marca la ley». La otra cuestión es que el Consejo hasta el máximo permitido por la ley. Habrá quince miembros en total, incorporándose como nuevos el economista Sánchez Grimaldi y Luis Escarti, este como Consejero de la cantera. Pepe Mata pasa de estar en nómina del club como Director General a formar parte como Consejero. En el resto de puestos permanecen los mismos que han acompañado a Muñoz en los últimos años. Mucho ruido y pocas nueces.

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