La primera final


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Pocos aficionados cadistas podrían haber imaginado que para el veintinueve de Noviembre tendrían que vivir un encuentro importantísimo para el futuro en la Liga Delante de su equipo. Pero la realidad, más allá de lo imaginable y de lo que pudiera haber pasado de haber ido la competición por otros derroteros, es que este fin de semana Carranza será el escenario de un partido vital para los intereses del Cádiz Club de Fútbol. Cierto es que quedan muchísimas jornadas por delante, pero la importancia de este partido estriba en que el rival está inmerso en la lucha por no descender y que está a un punto del Cádiz. Por mucha Liga que quede, estos partidos deben ganarse obligatoriamente para marcar diferencias y alejarse de los puestos de peligro cuanto antes. Enfrente estará un Celta que no levanta cabeza desde su descenso hace tres temporadas, puesto que lleva desde entonces jugando con fuego. Y el año pasado casi se quemó: coqueteando con el descenso hasta que consiguió eludirlo, propiciando que el Alavés perdiera la categoría en el último suspiro. El Celta que llegará a Carranza es un equipo bipolar: horrible en Liga, donde ya lleva seis jornadas en puestos de descenso, y genial en la Copa del Rey, donde aún sigue con vida después de eliminar a todo un Primera como el Club Deportivo Tenerife, siendo además muy superior a él en toda la eliminatoria. En definitiva, un duelo con dos equipos muy igualados, con las mismas urgencias y, debido a su significado, muy atractivo.cadiz_javigracia.jpgSólo cabe ganar, pues de caer derrotados volveríamos a entrar en los puestos de descenso y, lo que es peor, un rival directo nos adelantaría en la clasificación. De ganar, el colchón respecto al Celta sería de cuatro puntos y se podría encarar, con más calma y menos urgencias, los próximos compromisos. Esta es nuestra Liga. El Celta, Murcia, Castellón, Real Unión, Girona, Huesca o Villarreal B, nuestros rivales a batir. De nada sirve empatarle al Rayo Vallecano si el colista te mete cuatro. Es contra esos rivales ante los que hay que dar el golpe de autoridad, demostrar carácter y ganar, para tener más puntos que ellos o el goal-average a tu favor al final de todo. Y el Cádiz ya ha caído, y con estrépito además, contra tres de ellos. Hay que demostrar más seguridad defensiva, tener más hambre, no dejarse intimidar. Estas goleadas duelen mucho, más por quién te las mete que por los goles encajados en sí. No puede ser que a estas alturas hasta en tres encuentros se haya repetido el mismo resultado: Castellón, Cartagena y Girona nos han endosado cuatro tantos, pero para mí lo peor es que son equipos que deberían estar a nuestro nivel. Es decir, rivales contra los que se puede perder, pero no por esa abrumadora diferencia. Un marcador tan abultado sólo consigue crear incertidumbre e inquietud en los jugadores, el cuerpo técnico, la directiva y la afición de una manera innecesaria. Para mí, es en estos momentos cuando se calibra si un entrenador es bueno de verdad, cuando nada sale como se quiere y todo va en contra del equipo. Cuanto todo va de cara cualquiera está a la altura, pero es en estas situaciones en las que sólo los profesionales competentes consiguen lidiar con la presión y obtener resultados satisfactorios. Escribo esto por todos los comentarios que han surgido a raíz de la derrota en Girona acerca de la continuidad del técnico, pues creo que Gracia es un entrenador competente y capaz de remontar esta mala racha si consigue corregir los mayores errores del equipo. Para lograr la tan ansiada permanencia al final de temporada es necesario cumplir dos premisas: derrotar a los rivales antes mencionados y hacerse fuertes en Carranza. Evitar que los puntos vuelen de nuestro estadio es vital para nuestros intereses, puesto que es allí donde los aficionados más se hacen sentir desde la grada e insuflan ánimo en los momentos en los que el equipo pueda flaquear. En todos los partidos hay que vender caro el pellejo, pero en los de casa más. Puntuar fuera sirve de poco si en tu terreno los rivales consiguen sacar petróleo. Por tanto, a partir de esta jornada, el Cádiz debe evitar ser como el buen padre, que pierde en casa lo que gana fuera, y hacer de Carranza un fortín.

Autor:Belmonte

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