Espárrago y sus números

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 Sólo 24 derrotas en 85 partidos

Cuando el domingo Rodríguez Santiago dé el pitido inicial, comenzará el partido número 86 de Víctor Espárrago como entrenador cadista. El uruguayo, que ya entrenó a los amarillos en la 87-88, maneja unos números casi espectáculares para un modesto como el Cádiz. No se puede calificar de otra forma a llevar un 50% de victorias (un total de 42 de 85).   11 victorias corresponden a la temporada citada, la 87-88; 21 partidos ganados (un número muy difícil de superar) son las que consiguieron la liga pasada. 63 puntos que sumaron para dejar al Cádiz en primera, celebrando además el primer título de Campeón de su historia. En el Sardinero, ya se ha sumada una, la primera en la recién comenzada 2005-2006. Si hablamos de derrotas, los números no dejan de sorprender tampoco. Sólo 24 en 85 partidos (sumadas las dos de esta temporada, y las ocho de la liga pasada). Son unas cifras que dejan claro que, al menos estadísticamente, los números de Víctor Espárrago tampoco admiten discusión. Pocos entrenadores ha tenido el Cádiz que lo superen.Datos tan signficativos y comprobables como objetivos. Tan objetivo como que el Cádiz se vió superado por Osasuna y cayó justamente derrotado, en lo que fue la cuarta derrota de Espárrago a domicilio en esta su segunda época (4 partidos perdidos de 24 partidos). Por si alguien aún no se ha dado por aludido lo aclaro. Va dedicado, con todo el cariño del mundo (no puedo pensar que no les asista la mejor de las intenciones) a los encargados de los medios de comunicación que acudieron a Navarra (periodistas y no periodistas). A ellos que, con la bufanda amarilla sin faltar en el equipaje, viajaron en chárter a Pamplona para nada. Sólo para contarnos que el Cádiz no podía con un Osasuna sin Valdo, Cruchaga, Webo, Puñal y Moha. El colmo de la desdicha, que Espárrago tomase la decisión de dejar a Paz sin tirar el penal. Debe ser difícil escribir y hablar de una derrota. Más fácil debe ser buscar un culpable de la misma que satisfaga a sus lectores/oyentes. Pero a pesar de que las formas son distintas, todos suelen coincidir. Unos, los que llevan más tiempo o tienen más que temer, usan el entrelineado o la ironía. Otros, los más osados y vehementes (normalmente los de veintitantos) parecen recién salidos de la última promoción de entrenadores de fútbol. Nadie se atreve a decir que el Cádiz tiene una plantilla de calidad limitada y que hemos de jugar a un 120% para ganar. Comentar eso, ni siquiera esta vez entrelíneas, sería aparte de descorazonador que los cadistas borraran de un plumazo (amarillo) a su medio de los niveles de audiencia (amarillos). De igual forma que nadie se atreve a decir que Pavoni, Sesma, Paz, Enrique u Oli (por citar sólo a cinco) sólo son jugadores de primera división cuando rinden a su máximo nivel. Si hay un deporte de tópicos este es el fútbol. Nada más tópico después de perder que culpar al míster. Que si cambios, que si sistemas, que si rotaciones. Al final, lo que más me duele es que los creadores de opinión sean tan frágiles de memoria. Ya me gustaría ver a mi a más de uno de ellos con una currícula, a su nivel y en su profesión, como la que presenta Espárrago. Y que no me digan que existe libertad de expresión y libertad de información. Lo sé.

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