Cuestión de nacionalidades


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En este verano convulso en lo socio-deportivo en Cádiz, nos hemos ido desayunando día si, día también con noticias explosivas en lo referente a la ciudad de Cádiz y en lo concerniente a su equipo de fútbol. En lo referente a la ciudad, quizás la más destacada el anuncio de paralización en la construcción del puente del Bicentenario. En lo futbolístico el reconocimiento de que un club histórico estaba dando bocanadas para intentar subsistir pese a la gestión nefasta de su sociedad anónima. La entrada del Cádiz en ley concursal nos sirvió para dos cosas: la primera para quitar la venda en los ojos de algunos, la segunda, por la forma en que lo hizo, para no poder afirmar que al menos, hasta aquí la mentira, es decir no parece que los engaños hayan terminado. Existen serias dudas de que no se haya entrado con números torcidos.A partir de ahí ha continuado el lamentable espectáculo. Según se abrió el cajón de las culebras, éstas y toda clase de bichos han ido apareciendo. Nos hemos enterado qué ese club que no gastaba en jugadores, y que no lo hacía por cumplir con el sagrado y conveniente deber de ir pagando deudas, en realidad, pagar lo que se dice pagar, no es que pagara mucho. Con el principal acreedor reconocido, la Hacienda Pública, no se ha hecho sino renegociar la deuda e ir aplazándola, hasta el punto que el tesoro ha dicho que solo una garantía de peso permitiría continuar con ese eterno periodificar. La consecuencia, El Rosal hipotecado, y una deuda que según dicen los entendidos supera los cinco millones de euros, ella solita. En esa lista que se está confeccionando aparecen los servicios de agua y luz, Seguridad Social, y vaya usted a saber cuantos más. Tampoco se sabe hasta dónde llega el listón, los que presentaron los papeles sostenían que nueve millones y pico según los balances presentados al Juzgado, pero según las últimas cuentas de dominio público eran once millones y medio y se sospecha que más de doce millones que figurarían en unas cuentas que no han sido devueltas por el registro mercantil debido a un defecto de forma. Bendito y casual error que no ha permitido saber este dato de una forma oficial y por supuesto en momento inadecuado para la S.A.D.

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En esto de las diferencias, aparecen entremezcladas las deudas que se mantienen con accionistas que si bien reclamaban tres millones de euros, ahora mismo yo no les sabría a ustedes decir dónde aparecen contabilizadas. Opiniones versadas afirman que una buena obra de ingeniería contable permitiría, primero, evitar que esos tres millones pusieran la deuda más allá de lo permitido para aquello que se pretendía, el concurso abreviado, y segundo que esa deuda no entrara en la famosa “quita” con su correspondiente reducción.El caso es que tanto nos empeñamos en los rezos, que al final terminamos topando con la Iglesia. El Ayuntamiento se apresura a hacer un inventario de todos aquellos convenios que tiene suscritos con el Cádiz ya que va a incorporar al listado de acreedores todas las deudas que el Cádiz tiene con el consistorio y quiere tener amarrada la respuesta que suele dar Muñoz a algunas de esas deudas. Ahí aparece, para terminar de enloquecer a cualquiera una deuda en concepto IBI (impuesto de bienes inmuebles), o sea el que pagamos todos los que tenemos algún sitio que ocupa superficie en esta ciudad. La deuda del Cádiz C.F. S.A.D. asciende a casi seiscientos mil euros. La cosa ya toca la fibra sensible del ciudadano porque si ya era doloroso que el ayuntamiento financiara sin control a una sociedad anónima, por mucho que lo llamaran Fundación Cádiz C.F. , año tras año con dineros sacados de los impuestos que todos arrimamos, ahora resulta que a esa sociedad se le permite una deuda de elevadas proporciones. Más sangrante es que el ayuntamiento esté metiendo por vía ejecutiva a las primeras de cambio a cualquier ciudadano por un recibo de 60, 100 o 300 euros impagado. Ante este trato diferenciado y permisivo, alguien con facultad para realizar declaraciones de peso, desde el propio partido que gobierna el ayuntamiento, dice que son cosas de la política.Debido a que yo no he entendido muy bien qué cosas de la política pueden explicar esta barbaridad me fui a mirar la definición con la máxima precisión posible, pero lo que obtengo es que política viene del griego “politiké” y hace referencia al “arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados”. Desde luego, arte el asunto si que lo tiene, entendido arte en su significado más gaditano. Hay que convenir, visto lo visto, que el gobierno de esta polis, ha caído también en el más grande de los despropósitos. Una relación si le veo y es que desde las instituciones públicas el griego me lo están haciendo pero bien, yo que soy español. Tras tener en cuenta lo de Hacienda, Seguridad Social y Ayuntamiento, puedo decir aquello que se suele exclamar en esta tierra: “estoy trabajando pa el inglés”. Y encima me acusan de poco cadista por no querer pagarle el abono de la temporada, pero el personal sostiene que es buen cadista, el que pese a todo, sigue haciendo el francés.

Autor:José Ramón López

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