Calma

hablemos.jpglogo_bordado.gif¿Que se han conseguido dos puntos de nueve posibles? Calma. ¿Que el equipo llega y llega pero no define? Calma. ¿Que tras dos partidos aún no se sabe qué es ganar en Carranza? Calma.

Después de tres jornadas, y a pesar de merecerlo, el Cádiz aún no ha logrado vencer esta temporada y puede que esto haya inquietado a parte de la sufrida afición cadista. Dos en casa, uno fuera y, por unas cosas u otras, el equipo no ha sido capaz de rematar la faena. El gol de Akinsola, el error de Kiko Casilla y un inspirado Raúl Navas han sido algunas de las causas que explican por qué el Cádiz tiene tan pocos puntos en su casillero.

Si hay un juego impredecible por naturaleza, ese es el fútbol. A pesar de ese carácter impredecible, hay muchas cosas que resultan fáciles de preveer para cualquiera. El inicio del Cádiz entraba dentro de lo posible, máxime si tenemos en cuenta que es muy difícil que un recién ascendido, con un bloque compuesto en su inmensa mayoría por chicos jóvenes y sin demasiada experiencia, llegara y besara el santo. Hasta que estos jugadores terminen de hacerse a la categoría el Cádiz pagará la novatada. Y queda poco para eso, estoy convencido. Calma.

Otro hecho previsible dentro de un juego tan impredecible es que, a la larga, jugando así de bien ganaremos más partidos de los que perdamos o empatemos. Calma. Xabi Gracia ha apostado desde el primer momento por un estilo de juego alegre, combinativo, llegando al área del rival sin abusar del zapatazo, con unos laterales y extremos incisivos… La mejor defensa es un buen ataque y parece que esta es la filosofía seguida por el míster cadista, en lugar de encerrarse atrás a esperar a ver qué pasa. ¿Y qué si el equipo llega y llega pero no marca? Ya lo hará, estoy convencido, porque pólvora para ello hay de sobra. Sólo esperen a que el equipo se haga el cuerpo.

Jugar así, con valentía, sin complejos y sin perderle la cara al encuentro es garantía de éxito. No sé ustedes, pero un servidor está muy orgulloso de cómo juega su equipo, pues era algo que llevaba mucho tiempo esperando. Más tarde o más temprano, los resultados llegarán, a pesar de que en estos tres partidos haya fallado la suerte. La suerte es para aquel que trabaja y, pese a que por el momento nos es esquiva, no me cabe la menor duda de que acabará sonriéndonos. Se están fijando los cimientos de un Cádiz con estilo propio. Calma.

Este Domingo toca visitar el feudo del Hércules, el Rico Pérez, escenario de infausto recuerdo. Escenario perfecto para el reencuentro con los tres puntos. Muchos alicientes en este partido, como puede ser el descenso de hace dos temporadas o Abraham Paz, pero para mí, el mayor, más allá del morbo, es que el Cádiz desconoce el sabor de la victoria y juega ante un equipo diseñado para ascender. Ahí era dónde quería ver al Cádiz otra vez, mano a mano contra los mejores, retándoles, venciéndoles. Esténse tranquilos señores, que este año nos vamos a divertir.

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