Bienvenido Córdoba CF

cad_cor_02.jpg   Bienvenido Córdoba CF…solo hablo de fútbol, de equipos de fútbol, y de las filias y fobias que me despiertan.
 

Ser aficionado a un equipo de fútbol tiene sus derechos y sus obligaciones. Entre las primeras están las simpatías que despiertan otros equipos rivales. No tienen porque ser generales en el grueso de la afición, aunque pueden darse, por lo que a nadie extrañe que un seguidor culé sea contrario a todo lo merengue, lo mismo que sucede entre un bético y un sevillista, un sportinguista y un ovetense, etc

Pero todo aficionado tiene su particular hit parade de equipos que no le caen nada simpático, por razones de lo más personal y subjetivo en la mayoría de las ocasiones pero comprensibles porque como deciamos al principio es un derecho de todo aficionado.

 

Nunca me han resultado los equipos vascos, Athletic y Real Sociedad, aquellos que escudándose en la zafia mentira de la cantera reniegan de fichar por norma a futbolistas no nacidos en el Pais Vasco. Peor es además el ejemplo de la Real Sociedad que pese a contar en estos últimos años con futbolistas nacidos fuera de España descartan fichar a un andaluz de Jaen o un canario. Bien es cierto que la crisis y su bajada a segunda le han hecho fichar a futbolistas nacidos en la piel de toro, pero siguen siendo de los equipos que menos simpatías me despiertan.

 

El Barca, el segundo equipo español en simpatizantes no cuenta con mi beneplácito tampoco. Sus poses y lenguajes independentistas, azuzados en el mandato de Laporta no han contribuido a mejorar su imagen para mí. Le salva su tradicional buen juego y la calidad de sus futbolistas, pero está entre los que casi siempre quiero que pierdan.

El Sevilla es el equipo de la capital andaluza. Y vaya que lo hemos notado en estos últimos treinta años de nuevo centralismo andaluz. Su reciente época de vacas gordas, sus cinco títulos han venido acompañados además de un trasnochado marketing españolista de su presidente, Del Nido, descendiente de la ultraderecha sevillana. Su verborrea e incontinecia verbal, su prepotencia y sus aires de nuevo rico y de grandeza le han hecho flaco favor a los que ya nos las teníamos tiesas con el Sevilla de Biri-Biri por lo que no es un equipo tampoco que me haya despertado nunca sensaciones positivas.

 

El otro equipo de la capital, o el primero según algunos es el R.Betis. Su presidente es sin par y es un equipo también sin parangón. O despierta filias o fobias. En los últimos años se han dado una serie de circunstancias (cesión-lesión-se acabó cesión  de Benjamín), prima a los madrileños en el decisivo Getafe-Cádiz que nos llevó a Segunda, cesión con imposición de Koke-Dani, negación a dejar libre a Xisco, etc que me hacen ver más nubes que luces. No me alegró su descenso a Segunda pero solo porque es un rival de mayor nivel que otros.

 

El Sporting de Gijón es otro club que siempre quiero que pierda. Sus roces con Oli, reconocido cadista han salpicado una relación nunca demasiada fructifera. La zaña con la que despidieron al Cádiz en aquel 5-4 de infausto recuerdo no terminaremos de olvidarla.

 

En Segunda, al Nastic desde la encerrona que nos hicieron allí en la previa y en el partido de la liguilla de ascenso con Orue lo tengo señalado con velas negras.

 

El Córdoba es un recién llegado a este club. Y lo es desde hace dos años cuando desde Córdoba no se entendió el mensaje que lanzó el Cádiz reclamando la alineación indebida de un jugador del Hércules.

 

Ni su Consejo de Administración, ni los medios de comunicación cordobeses, ni la afición cordobesista estuvieron a la altura, y perdieron una magnífica ocasión para crear lazos, pero no florales sino verdaderos, porque el Cádiz CF nunca cargó contra el Córdoba CF ese año, pese a contar con más que claras sospechas de amaños y compraventa de partidos esa temporada por parte cordobesista. Eso por no hablar de cuándo fichó a Gastón Casas o del paripé con el Numancia.

 

Nunca me han gustado los hermanamientos sino son sinceros. Y en Córdoba nos hicieron mucho daño ese año y aunque no rencoroso no puedo dejar de admitir que desde entonces nada será lo mismo, por eso me ha dolido empatar más si cabe este partido. Seguiré yendo a comer mientras pueda al “Caballo rojo”, que lo cortés no quita lo valiente, pero que pierdan un domingo si y el otro también.

 

Y que no malinterpreten mis palabras que solo hablo de fútbol, de equipos de fútbol, y de las filias y fobias que me despiertan.

 

 

Autor:Tito Martín

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