Acuña: ¡Vaya con las vallas!

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¿Un peligro para el futuro?

¡Valla, Valla, aquí si hay valla!

 

Vaya mala suerte que tiene nuestro Javi Acuña. En su momento el fichaje más caro de la historia del Cádiz C.F, el destino y ciertas incompetencias que luego se supieron lo han tenido año y medio entrenando sin poder competir. Pero en el club se confía tanto en él que hasta Espárrago se lo llevaba en los desplazamientos con la idea de evitarle las lógicas tentaciones de fin de semana adolescente.

Cumplidos los dieciocho, la suerte parecía cambiar. Digo parece, porque vaya, vayaJavi no sale de una y se mete en otro. Cuando por fin llegaba a debutar en liga contra el Sporting en Carranza, va y se tuerce el tobillo. Dos semanas de baja. Luego, por fin, para él, Oliverio le daba la titularidad que no fue suficiente para salvarle la cabeza al ovetense. Con Jose, en el primer partido, ni un minuto. Banquillazo. Por eso el martes en el partidillo contra el Puerto Real, Javi se lo comía todo. El técnico gaditano lo puso en la derecha, pegada a la banda y por delante del Tano Vella. El paraguayo, puro corazón como siempre, luchaba por un puesto cuando, ¡zas!, ¡valla! ¡valla! fue a toparse contra las vallas que separan la gradería del terreno de juego en el campo número 4 del Rosal.

¿Infortunio? ¿Gajes del oficio? ¿Un lance del juego? No creo en la suerte, y hasta el que es afortunado en el juego es porque gasta en ello. Por eso no estaría de más ver la idoneidad de esas vallas. No sé si será sólo un accidente o si son unos elementos que pueden poner en peligro la integridad de los futbolistas más veces.  Que sea la primera y la última sería lo deseable.

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