48 horas de idas y venidas

Quiero felicitar al Cádiz C.F S.A.D. Gestionar la cantada destitución de Oliverio Álvarez no era tarea fácil. El sábado se perdía en Gijón y el mismo domingo por la tarde ya había sustituto. El lunes ya entrenaba y el martes era ya pasado la etapa del ovetense como entrenador amarillo. Con un importante partido este sábado era vital actuar con celeridad. Y se ha hecho.

Sólo horas entre dos imágenes para la historia amarilla

La solución elegida estaba en casa y sólo los resultados dirán si la crisis se ha resuelto con eficiencia. Lo veremos seguramente en un par de meses, aunque hasta junio no será cuestión de calificar la decisión como acertada o no. Era un trago duro despedir a Oliverio. Sus tres tres temporadas como jugador emblema vencían en el corazón cadista a sus once partidos como técnico. La cara de Oliverio era el espejo de un alma destrozada por los acontecimientos. Tampoco la expresión de Muñoz era la misma con la que sólo horas antes daba la bienvenida la segunda etapa de Jose como dueño del banquillo. El Cádiz es diferente dicen y aquí no se aplicó el dicho de “antes de entrar dejen salir” y se invirtieron los términos.Pero estos días el cadismo debate si existe proyecto. También se discute sobre cuestiones de perfiles. Yo lo tengo. Hablar de proyectos en el fútbol español del siglo XXI es una patraña. No existen. El Cádiz tampoco es excepción en eso. No saber encajar en el organigrama técnico de un club en crecimiento a dos personas de la valía profesional – -y humana- de Espárrago y Soler es la prueba del algodón amarillo. Tampoco me creo la historia de los perfiles. Otra patraña más gorda si cabe. Por eso debatir el porqué si el perfil ahora es válido y antes no es desconocer la dinámica con la que se toman decisiones. Antes y ahora Jose y muchos más lo daba. En junio y en noviembre también. Sólo el que decide puede equivocarse, suponiendo que la apuesta de Oli haya fallado estrepitosamente. Tampoco sé si la apuesta del director deportivo cabe calificarla de fracaso. Igual con más tiempo Oliverio hubiera sido capaz de remontar puestos y acercar al equipo al objetivo marcado. No lo sé, y ya nunca se sabrá. Lo que si sé es que me hubiera gustado ver a Alberto Benito en la mesa en la rueda de prensa de despedida de Oliverio. Ya sé que no estuvo en la de Espárrago, pero a mi entender una ausencia no justifica la otra. Creo debe estar en todas. En las idas y en las venidas.